Unas misteriosas heridas similares a las de Jesucristo aparecieron en su cuerpo sin ningún tipo de explicación. Enigmáticos dones espirituales marcaron su vida y causaron la envidia de muchos, quienes deseaban que la encerraran tras las rejas.
¿Quién fue Sor Patrocinio?
María de los Dolores Quiroga y Capopardo (1811-1891), mejor conocida como sor Patrocinio o “la monja de las llagas”, fue una religiosa española que fue “bendecida” por dones extraordinarios.
Dentro de su vida religiosa, desarrolló poderes inexplicables: la lectura de mentes, constantes presagios provenientes directamente desde el infierno y la realización de milagros –curaciones, principalmente-, fueron algunos de los dones que recibió misteriosamente.
Era una mujer muy atractiva, su vocación religiosa había enfurecido a muchos de sus pretendientes. Su conquista más poderosa fue Salustiano Olózaga, un importante político de la época que tras verse rechazado por la monja, comenzó una cadena de rumores para desprestigiarla.
La aparición de los estigmas de Jesucristo
Los estigmas son heridas que aparecen misteriosamente sobre el cuerpo que simulan los padecimientos que sufrió Jesucristo en la crucifixión. La iglesia católica los considera como un Don Divino y las personas que los padecen son consideradas bendecidas por Dios.
Sor Patrocinio vivió la aparición de estigmas sobre su propio cuerpo, la primera vez cuando era solo una novicia. Tenía heridas en las manos, muñecas y pies –semejantes a las causadas por los clavos-, en la cabeza –semejantes a las causadas por la corona de espinas- y en las costillas, -que simulan la lanza que fue fulminante para Jesucristo.
Mientras que para algunos esto puede ser una señal de superioridad espiritual, para Sor Patrocinio fue una verdadera pesadilla. Fue acusada por muchos de provocarse los estigmas y de hecho, fue llevada a juicio con el propósito de verificar si eran verdaderos.
Recibió un tratamiento que mejoró notablemente las heridas, lo que hizo que la catalogaran de mentirosa, puesto que según la iglesia los estigmas no ceden ante ningún tipo de tratamiento médico.
La consejera de la Reina Isabel II
Cuenta la historia que Salustiano Olózaga, un poderosísimo político español, se había enamorado de Sor Patrocinio, esta al rechazar sus ofrecimientos amorosos se volvió su enemiga y el comenzó una campaña de difamación en contra de la monja.
El poder de Olózaga era tal, que logró que la detuvieran y la juzgaran por ser una “falsa visionaria” de Dios. Su venganza, además de tener orígenes pasionales, era también una manera de alejarla de la reina Isabell II, quien le había entregado su confianza y su cariño de manera absoluta. La monja se había convertido en su principal consejera.
¿Será cierta la historia de sus estigmas?
Los constantes rumores y calumnias sobre el caso de sus estigmas, ha puesto en tela de juicio la credibilidad de sus confesiones. Sin embargo, hace poco salieron a la luz los testimonios de Madre Pilar, una monja del convento que conoció a Sor Patrocinio. Sus anotaciones fueron hechas únicamente para ser entregadas como informe oficial pero son un testimonio de primera mano de los padecimientos reales de Sor Patrocinio.
En una de las cartas explica, que descubrió una de las heridas de su compañera por las marcas de sangre en la ropa. Sor Patrocinio no solía quejarse de dolor y llevaba sus estigmas escondidos bajo su ropa:
«A costa de mucha vergüenza suya vi la llaga, porque siempre se ha advertido en esta criatura un rubor y un sentimiento tan natural cuando se ha conocido o visto las cosas admirables que ha obrado y obra el Señor en ella, como si hubiera cometido el mayor defecto».
La Madre Pilar recuerda con tristeza estos acontecimientos y asegura que Sor Patrocinio vivía en sufrimiento constante:
«La sangre que sale de todas es con tanta abundancia a veces, que no podía vivir al parecer naturalmente, pues la del costado, después de calar el paño que siempre lleva en ocho dobleces, pasa una plancha de hilas, la túnica de lana, el justillo, el pañuelo y el hábito, que siempre es gordo, le rebalsa, y cae hasta la fimbria del mismo hábito.»
Una defensora real: Habla la Reina Isabel II.
Pese a todas las campañas de desprestigio y las calumnias, cuenta con testimonios de gente muy poderosa que defienden sus poderes, entre ellos su fiel amiga la Reina Isabel II, que dijo lo siguiente en una carta escrita en París el 18 de enero de 1904:
«Contra ella se ha dicho todo lo malo que decirse puede; pero todo fue urdido por los emisarios del maldito Satanás» comienza asegurando que los hombres que la criticaban lo hacían únicamente con el propósito de desprestigiarla, después de asegurar que la monja nunca tuvo influencia directa sobre las políticas del estado y que sus poderes eran fidedignos y no inventados, escribió:
«Y doy muchas gracias a Dios porque me ha conservado la vida hasta este momento en que puedo desmentir de una manera solemne todas las calumnias e imposturas que contra tan santa religiosa propagaron los enemigos de Dios y de la patria española.»
Hoy, Sor Patrocinio se encuentra en trámites para lograr su beatificación y para reinvidicar su valiosa labor en la religión católica.
Con información de MujeresEnLaHistoria | SorPatrocinio.Org | ReligiónenLibertad
--
--