Un efecto oculto del terrorismo es que alrededor de un millón de ex fumadores de EE. UU. volvieron a fumar después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, halla un estudio reciente.
La investigación encontró que el tabaquismo aumentó un 2.3 por ciento en todo el país tras los ataques del 11 de septiembre. Ese aumento se mantuvo hasta finales de 2003, cuando terminó el análisis de los datos de los investigadores.
El estudio también halló aumentos particularmente altos en los niveles de estrés tras el 11 de septiembre en las comunidades con unos porcentajes más altos de militares activos y de reserva, y entre las personas con un mayor nivel educativo. El aumento en los niveles del estrés explicó todo el aumento en el tabaquismo, dijeron investigadores del Colegio Médico Weill Cornell, en la ciudad de Nueva York.
«Este estudio provee el primer cálculo no sesgado de los efectos del estrés sobre el tabaquismo, y el hallazgo de que hubo un aumento tan grande en el tabaquismo en todo el país, aparentemente debido a un evento, es extraordinario y sorprendente», aseguró en un comunicado de prensa del colegio el autor del estudio, Michael Pesko, profesor del departamento de salud pública. «Ilumina un costo oculto del terrorismo».
Los hallazgos aparecen en la edición en línea del 20 de junio de la revista Contemporary Economic Policy.
«Realmente me sorprendió hallar que ex fumadores de todo el país retomaron el hábito», comentó Pesko. «Esperaba ver impacto solo en el área de la ciudad de Nueva York, o como mucho en el área de los tres estados».
Pesko calculó que el costo estimado para el gobierno del aumento en el tabaquismo tras el 11 de septiembre fue de entre 530 y 830 millones de dólares, y podría ser mayor si el tabaquismo persistió tras 2003. Los costos incluyen los gastos de Medicare y Medicaid, las pérdidas en la productividad asociadas con las enfermedades relacionadas con el tabaco y unos menores ingresos fiscales por la pérdida de trabajo.
Este descubrimiento sugiere una potencial respuesta de salud pública para afrontar el estrés provocado por ataques terroristas o desastres futuros, dijo Pesko. Una idea sería ofrecer terapia de reemplazo de nicotina gratuita poco después del evento.
«Otras estrategia sería avisar a los profesionales de la atención de la salud para que hagan más revisiones de abuso de sustancia durante las citas médicas regulares tras unos ataques terroristas, o cualquier evento de ese tipo que probablemente estrese al país», comentó.
Pesko también observó las consecuencias de la bomba en Oklahoma City en 1995, pero no encontró en este caso un aumento en el tabaquismo tras el ataque terrorista.
Fuente: HealthDay, traducido por Hispanicare | Weill Cornell Medical College, news release, June 20, 2013
Culturizando no se hace responsable por las afirmaciones y comentarios expresados por sus columnistas, anunciantes o foristas; y no reflejan necesariamente la opinión de la misma.
Culturizando se reserva el derecho a eliminar aquellos comentarios que por su naturaleza sean considerados ofensivos, injuriantes, fuera de la ley o no acordes a la temática tratada.
En ningún momento la publicación de un artículo suministrado por un colaborador, representará algún tipo de relación laboral con Culturizando.
--
--