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Sean Baker y Mikey Madison: Un oscuro cuento de hadas llamado Anora (+entrevistas)

Sean Baker y Mikey Madison: Un oscuro cuento de hadas llamado Anora (+entrevistas)

Desde su estreno y posterior Palma de Oro en el Festival de Cannes 2024, «Anora» ha generado elogios por su autenticidad y su capacidad de capturar el lado más humano de una historia que podría haberse quedado en clichés.

Sean Baker, director conocido por su habilidad para plasmar realidades sociales marginadas, y Mikey Madison, quien entrega una interpretación transformadora, reflexionan sobre los desafíos y el impacto de Anora que combina comedia, drama y crítica social.

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El legado cinematográfico de Sean Baker

Sean Baker comenzó su amor por el cine desde niño, cuando su madre lo llevaba a ver películas de monstruos de los estudios Universal. Este primer contacto se convirtió en una obsesión que lo llevó a graduarse en cine en la Tisch School of the Arts de NYU. Desde sus primeras películas como Four-Letter Words y Take Out, hasta éxitos como The Florida Project, su carrera ha estado marcada por un enfoque en los personajes marginados.

“Como cineasta en el siglo XXI, me encanta cómo el cine puede cambiar el mundo. Es un espacio para el compromiso diplomático, pero no de una forma invasiva”, dice Baker. Esta sensibilidad se refleja en Anora, donde aborda temas como el poder, el sexo y la riqueza, no como fines en sí mismos, sino como telón de fondo para explorar la humanidad en situaciones extremas.

Mikey Madison: Entrando en los zapatos de Ani

En Anora, Mikey Madison interpreta a Ani, una stripper de Brooklyn que, tras un encuentro con Ivan (Mark Eydelshteyn), hijo de un oligarca ruso, se embarca en una relación que culmina en un matrimonio inesperado en Las Vegas. El personaje de Ani transita de sex worker a esposa, de la pobreza a la opulencia, y de objeto de deseo a una mujer que busca ser escuchada.

“Ani es un personaje increíblemente diferente a mí”, explica Madison. “Tuve que acercarme mucho a ella, entender su mundo y sus decisiones. Una parte crucial de mi preparación fue conocer a mujeres de la comunidad de trabajadoras sexuales. Estas conversaciones fueron fundamentales para darle vida a Ani con honestidad y matices”.

Además de la investigación psicológica, Madison se sometió a un entrenamiento físico intenso. “Tuve que aprender a bailar en barra, dar lap dances y coreografiar una escena de striptease. Fue todo un reto físico, pero también una forma de entender mejor a Ani como personaje”.

Madison destaca cómo la película incorpora pequeños detalles que solo alguien del mundo del trabajo sexual podría aportar, lo que agrega una capa de realismo y autenticidad a la historia. “Lo que más me sorprendió fue lo psicológico de este trabajo; conectar con alguien a nivel físico y emocional es muy complejo. Aprender esto cambió completamente mi visión del personaje”.

Referencias cinematográficas y el estilo de Baker

Para Baker, las referencias son una parte esencial del proceso creativo. “Mostré a Mikey algunas películas de la Nouvelle Vague francesa y cintas de acción con protagonistas femeninas fuertes. También estudiamos cómo Owen Roizman capturó Nueva York en películas como The French Connection y The Taking of Pelham 123. Queríamos filmar Nueva York de una manera que se sintiera nostálgica pero fresca”.

Madison recuerda cómo estas referencias le ayudaron a entender mejor la visión de Baker: “A veces veía una película y no entendía por qué Sean quería que la mirara, hasta que llegaba un personaje o una escena con la energía exacta que él buscaba. Fue como entrar en su mente como cineasta”.

La experiencia colectiva del cine

En un mundo marcado por el auge del streaming y los efectos de la pandemia, Baker subraya la importancia de la experiencia cinematográfica colectiva. “El cine sigue siendo un lugar mágico donde la risa y la emoción se vuelven contagiosas. Ha sido increíble ver cómo Anora ha conectado con el público en salas llenas. Es algo que no puede replicarse en casa”.

Gracias al apoyo de Neon, la película ha tenido una sólida estrategia de distribución y marketing. Desde carteles en Times Square hasta un enfoque colaborativo con el elenco, Baker elogia la pasión con la que han trabajado para llevar Anora al público.

Anora es mucho más que una historia sobre sexo, poder y dinero. Es un retrato audaz de una mujer en un mundo que constantemente la subestima. La dirección de Baker y la interpretación de Madison convierten esta película en una obra que trasciende géneros y temáticas.

“La película toma riesgos y ofrece una bandeja de humanidad a sus espectadores”, concluye Baker. Y tiene razón: Anora es una muestra de cómo el cine puede entretener, emocionar y, al mismo tiempo, abrir espacios para el entendimiento y la compasión.

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