Por Natasha Martínez | Todos sabemos que Salvador Dalí es uno de los pintores más importantes del siglo XX. Es fácil reconocer sus relojes derretidos como una imagen icónica que, incluso si no recuerdas el título (La persistencia de la memoria), no se te olvida su existencia, ni mucho menos que su autor es el mismísimo Dalí. Como pintor, está muy integrado en la cultura popular. Ahora bien, poco se habla de su trabajo como escenógrafo y vestuarista.
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Durante su carrera, Dalí se destacó como escenógrafo e íntimo colaborador de su querido Lorca. En este episodio, hablaremos del vínculo emocional entre estos dos genios, un vínculo que les sirvió a ambos como inspiración para construir una obra maravillosa que recordamos hasta el día de hoy. Ninguna obra de teatro puede existir sin un escenógrafo que le haga justicia y Dalí, para Lorca, fue un aliado vital que puso en valor su obra, gracias al profundo entendimiento que los unía.
Tenemos mucho que aprender de Dalí y su manera de proteger su obra, de cuidar los detalles, de asociar los colores del vestuario con la escenografía, de saberse un artista merecedor de reconocimiento y con una obra valiosa.
Aunque el teatro sea un arte de lo finito, que muere y vuelve a nacer con cada función, de su trabajo nos quedan los diseños y las anécdotas que nos vuelan la imaginación y, como el resto de su obra, nos ponen en perspectiva otra cara del arte.
Así que si quieres conocer el lado menos conocido de Dalí, escucha este episodio de Esto no es un voicenote y acompáñanos a recordar uno de los muchos talentos de uno de los artistas más brillantes de la historia.
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Autor:
Natasha Martínez
