La nictofobia es el miedo intenso e irracional a la oscuridad. Mientras que muchas personas tienen miedo a la oscuridad, un nictofóbico puede experimentar un miedo muy intenso que puede llegar a desencadenar una variedad de síntomas físicos, además de ansiedad y estrés.
La nictofobia también es conocida como escotofobia, acluofobia, ligofobia, mictofobia o sencillamente miedo a la oscuridad.
Esta condición puede ser frustrante y, en casos más graves, paralizar al individuo. Afortunadamente, existen un abanico de opciones de tratamiento para la nictofobia, como la hipnosis o la psicoterapia, pues no hay razón para vivir con miedo a la oscuridad.
Tener miedo a la oscuridad no es algo de qué avergonzarse; los humanos poseen una visión muy pobre en la oscuridad, y es comprensible tener miedo a lo desconocido al no poder ver.
También es de sentido común aprender a evitar la oscuridad, pues puede ayudar a las personas afectadas a evitar situaciones de miedo en entornos urbanos.
Pese a todo esto, las personas con nictofobia tienen tanto miedo a la oscuridad que pueden llegar a ser paralizadas por el miedo, lo cual, además de ser emocionalmente estresante, puede ser muy peligroso en situaciones de riesgo.
Síntomas
Los nictofóbicos experimentan miedo y ansiedad intensos con respecto a la idea de estar solos en la oscuridad.
Cuando el temor es intenso, los afectados pueden llegar a experimentar
- náuseas
- sudoración
- temblores o sacudidas
- vómito
Tal y como sucede a menudo cuando tenemos miedo, un nictofóbico también puede perder su control de la realidad, asustándose de formas extrañas en la oscuridad y no poder hacer frente a situaciones que normalmente no son aterradoras.
Causas
Estudios de nictofobia sugieren que la condición tiende a surgir en torno a la edad de dos años, lo que sugiere que el miedo a la oscuridad no es una fobia innata en los seres humanos.
La nictofobia puede ser desencadenada por una serie de cosas, como pesadillas intensas que se vuelven más traumáticas al despertarse en la oscuridad.
Mientras que muchos niños tienen miedo a la oscuridad (y monstruos debajo de la cama), un niño con nictofobia manifiesta un miedo que se conserva hasta la edad adulta.
Tratamiento
Un corte de luz o una broma en la oscuridad pueden agravar esta fobia.
Una de las maneras más obvias y frecuentes para hacer frente a la nictofobia es instalar una luz de noche y mantenerla encendida durante el sueño, aunque esto solamente funciona en casa.
En los casos de nictofobia extrema, una buena idea es buscar tratamiento profesional de la mano de un terapeuta, para ayudar al paciente a hacer frente a situaciones de oscuridad fuera de la casa y en etapas posteriores de su vida.
Estos tratamientos pueden centrarse en la desensibilización, exponiendo al paciente lentamente a condiciones de oscuridad para tomar el miedo a distancia. También se utilizan técnicas como:
- hipnosis
- terapia de conversación
- ejercicios de respiración
- medicación
Las personas que sufren de nictofobia deben mencionar su condición antes de someterse a resonancias magnéticas y otras pruebas médicas que se llevan a cabo en ambientes oscuros.
Foto: Mujer asustada / Shutterstock
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