Quienes padecen psicrofilia sienten una terrible excitación al ver personas pasar frío o incluso la estimulación sexual y la consecución del orgasmo son dependientes del frío. Son auténticos “amantes del frío”.
Los psicrofílicos encuentran, por tanto, el placer sexual, ya sea sintiéndolo en sus propios cuerpos u observando el efecto del frío en otras personas (esto es, ver a alguien pasando frío, temblando, frotándose las manos o los brazos…), sea en la intimidad o no.
La etimología de la palabra de nuevo la encontramos en el griego: “psicros” (ψυχρός) que significa frío y “philia” (φιλíα), que significa amor/afinidad/atracción
Como curiosidad, la mascota ideal para estos amantes del frío no podría ser otra que el tardígrado u oso de agua. Estas criaturas casi indestructibles pueden sobrevivir a -273º C, rozando el cero absoluto.
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