En nuestro vocabulario existen términos y expresiones muy utilizados que provienen de hechos históricos; pero, de los que desconocemos su origen… Te explicamos todo sobre la expresión «tener patente de corso».
La expresión «patente de corso» es utilizada en el lenguaje coloquial para decir que una persona goza del poder para hacer lo que desee; en otras palabras, tiene libre albedrío sin tener que responder ante ninguna ley o autoridad.
Origen histórico del término
El término proviene de la patente o documento que alguien poseía para demostrar que tenía permiso de atacar y perseguir en una campaña naval a embarcaciones enemigas, piratas, e incluso poblaciones de países no aliados. Este ataque se traducía en «hacer un corso», proveniente del latín cursus, que significa carrera. Sin embargo, la persecución efectuada no era parte de un acto de guerra, aunque sí era hecha mediante barcos de guerra oficiales. Por consiguiente, la persona en posesión de esta patente se convertía automáticamente en parte de las tropas de esa nación.
La diferencia entre la persona con una patente de corso (el corsario), un pirata, y un bucanero es que el pirata roba embarcaciones de manera ilegal; es decir, sin licencia para navegar. Mientras que, el bucanero también es un pirata, pero dedicado a saquear las tierras americanas del Imperio español.
Uso de la patente de corso
Ahora bien, las patentes de corso fueron muy utilizadas durante la Edad Media (siglos V al XV) y la Edad Moderna (siglos XV al XVIII), ya que las potencias europeas como Francia, España e Inglaterra no tenían la capacidad económica de ampliar sus filas navales y con estos permisos pudieron expandirlas. De igual manera, las naciones de América las utilizaron durante sus batallas de independencia.
¿De dónde viene el término «gringo»?
Uno de los beneficios principales por lo que se usaba esta patente, además de expandir las flotas, era que los países que la utilizaban podían decir que los asaltos que ocurrían por parte de los corsarios eran hechos por voluntad de ellos y no de las autoridades oficiales. De esta manera podían intimidar y atacar a cualquier país que no estuviera oficialmente en guerra con ellos.
El permiso se abolió en 1856 mediante el Tratado de París, el mismo que dio fin a la Guerra de Crimea (1853-1856). A pesar de que su uso dejó de existir hace muchos años, su empleo en el lenguaje coloquial sigue vigente.
Con información de20 minutos / Wikipedia / Imagen: Shutterstock
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