René Magritte es uno de los artistas más influyentes de todos los tiempos. Su ingenio -en el marco de las corrientes vanguardistas del siglo XX-, lo llevó a convertir su obra en un arte auténtico, provocador y sumamente trascendente. Descubre quién fue Magritte, el genio surrealista que revolucionó el mundo del arte con su célebre «Esto no es una pipa».
¿Quién fue René Magritte?
René François Ghislain Magritte (1898-1967) es el pintor surrealista más influyente tanto de su país, como de su generación.
Nacido en Lessines, Bélgica, el interés de Magritte por el arte comienza a gestarse en 1910, cuando su familia se muda a Chalet y procede a asistir constantemente a un curso de pintura. Años más tarde, su pasión le llevaría a cursar estudios en la prestigiosa Académie Royale des Beaux-Arts, ubicada en Bruselas.
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El particular estilo de Magritte
A diferencia de otros pintores también precursores de esta vanguardia, como el español Salvador Dalí o la mexicana Frida Kahlo, Magritte consolidó su esencia por medio del realismo mágico, estilo que, fundamentalmente, explora la capacidad de plasmar, en imagen, el cuestionamiento de la realidad. Es a través de este estilo tan propio del artista belga, que no se le asocia demasiado con una influencia marcada plenamente por los sueños.
Esa distancia con lo onírico es lo que le permite a Magritte destacarse con respecto a sus compañeros de movimiento. El conceptualismo de sus obras lo posicionan como uno de los artistas más arriesgados de la época.
La finalidad de Magritte se sintetiza en la yuxtaposición de elementos comunes y corrientes, tomados de la vida diaria, en función de otorgar un nuevo significado. Los temas de sus pinturas se caracterizan, primordialmente, por extraer de la cotidianidad un elemento mágico (surrealista), que le permitiese establecer una relación entre lo que era considerado real, y lo que Magritte representaba en sus pinturas.
El pintor surrealista, influenciado por el mundo irracional del artista italiano Giorgio de Chirico (1888-1978), busca representar una realidad ilógica, pero que no perdiese verosimilitud. Es decir, Magritte comienza a pintar paisajes desde una perspectiva muy arraigada a su personalidad, cargándolos con un alto contenido humorístico, simbolismos ocultos y un amplio espectro de posibilidades para que el espectador pudiese interpretarlos a su manera.
“No hay respuestas en mis pinturas, solo preguntas”
Es una de las frases más célebres del pintor belga, y nada explica mejor su obra que dicha máxima. La clave, según Magritte, consistía en percatarse de que la realidad verdaderamente consistía en una ilusión, y que en sus pinturas él era el encargado de explorar el escenario real, con respecto a la ilusión espacial.
“Un cuadro realmente vivo debe poner enfermo al espectador”
Es otra de las explicaciones que daba Magritte con respecto a su obra. Y es que, a pesar de lo subversivo de su contenido, la intención natural del arte es causar alguna emoción en quien lo percibe; en el caso de Magritte, es la incomodidad y la provocación.
Sus obras más reconocidas
Similar a lo que expresó en sus teorías el filósofo y semiólogo francés Roland Barthes, Magritte niega lo evidente en una de sus pinturas más controvertidas: La traición de las imágenes de 1929.
“Esto no es una pipa, sino la representación de una”
Es la premisa que convirtió a Magritte en el precursor más importante del arte conceptual. Una vez más, el artista nos reta como espectadores y nos otorga un papel perceptivo con respecto a su obra.
“Mi propósito al pintar es hacer visible el pensamiento”
Es precisamente la capacidad de hacernos cuestionar lo que observamos diariamente, lo que convierte al surrealismo en uno de los movimientos pictóricos más interesantes entre las vanguardias del siglo XX.
“La famosa pipa. ¡Cómo me reprochó la gente por ello! Y sin embargo, ¿podría usted rellenarla? No, claro, es una mera representación. ¡Si hubiera escrito en el cuadro «Esto es una pipa», habría estado mintiendo!”
Magritte no solo se consolidó como uno de los precursores del movimiento surrealista en Europa, sino que se consagró en más de una oportunidad como el artista más genuino y con ideas más frescas de todo el grupo que conformaba esta vanguardia.
No satisfecho del todo con la representación del subconsciente, Magritte exploró romper con la percepción tradicional de los objetos, acercándonos, como espectadores, a una búsqueda exhaustiva por desafiar la mente y la inteligencia humana.
Otras obras que consolidaron el legado de Magritte
Por: Gabriela Herrera | @gavahema | Culturizando
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