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¿Qué significa ser Transexual?

¿Qué significa ser Transexual?

Una persona transexual es aquella que encuentra que su identidad sexual está en conflicto con su anatomía sexual. Es decir, se produce una disconformidad entre su sexo biológico y su sexo social y el sexo psicológico.

En estas personas suele darse el deseo de modificar las características sexuales que no se corresponden con el sexo con el que se sienten identificadas. Por eso, algunos suelen pasar por un proceso de reasignación de sexo, que puede incluir o no una cirugía de reconstrucción genital, mal llamada operación de «cambio de sexo».

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El Manual de Diagnóstico Psiquiátrico DSM-IV-TR clasifica la transexualidad como Trastornos de la Identidad Sexual, razón por la cual, organizaciones transexuales de todo el mundo se manifestaron públicamente en el 2009 para que en la revisión del IV Manual Diagnóstico y Estadístico de Enfermedades Mentales de la Asociación Psiquiátrica Americana, desaparezca la transexualidad como patología.

La CIE-10 define tres trastornos diferentes: trastorno de la identidad sexual de la infancia, transvestismo de rol doble y transexualismo; en el DSM-IV, estas tres entidades están recogidas dentro de una misma categoría, denominada trastorno de la identidad sexual. Según el DSM-IV la insistencia por parte de un individuo de ser del otro sexo no debe ser considerada delirante.

Los términos y conceptos en torno a la transexualidad no están muy consensuados de momento, sobre todo porque se trata de una minoría poco atendida y estudiada. De hecho, probablemente los mayores esfuerzos por avanzar en su estudio están surgiendo por parte de la misma comunidad de personas transexuales.

Hasta las características para considerar a una persona como transexual son debatidas. Algunos piensan que para considerar a alguien transexual debe haber pasado por operaciones quirúrgicas de reconstrucción genital o -al menos- haber comenzado la terapia hormonal. Otros incluso consideran que una persona transexual es aquella que ha completado su proceso de reasignación de sexo. Sin embargo, lo más común es que se considere transexual a la persona que simplemente encuentra una disconformidad entre su sexo psicológico y algunos o todos los demás caracteres sexuales.

También se debate si la forma más correcta de denominar a la transexualidad es transexualismo, transgénero o transgenerismo. El género gramatical de los términos utilizados para describir a las personas transexuales siempre se refiere al sexo de destino, es decir, al sexo con el que se sienten identificados (su sexo psicológico). Por ejemplo, un varón transexual es alguien que fue identificado como mujer al nacer debido a sus genitales, pero que se identifica como varón.

Los investigadores del tema deberían ser conscientes de que los textos médicos anticuados a menudo se refieren al sexo anatómico original de la persona; en otras palabras, se refieren en masculino a una mujer transexual y viceversa. Este uso en la actualidad es fuertemente denunciado.

La palabra «travesti» en general es considerada ofensiva, ya que confunde los términos de travestismo y transexualidad.

En vez de «transexual», algunas personas prefieren decir «transexualizada/o», puesto que piensan que el término -sexual (contenido en «transexual») da lugar a confusiones. Otra justificación dada para esta preferencia es que sienten que es una palabra más en línea con el término «intersexual», dado que muchos grupos transexuales acogen a las personas intersexuales en su grupo puesto que piensan tienen mucho en común.

¿Todos los transexuales son homosexuales?

Los varones y las mujeres transexuales presentan la misma variedad de orientaciones sexuales que presentan las personas no transexuales. Es decir, existen mujeres transexuales bisexuales, homosexuales, heterosexuales o asexuales; así como varones transexuales, bisexuales, homosexuales, heterosexuales o asexuales.

Es decir, la transexualidad está relacionada con la identidad sexual -el sexo con el que el individuo se identifica-, mientras que la homosexualidad se relaciona con la orientación sexual -el sexo por el que el individuo siente atracción sexual.

Sin embargo, incluso hoy en día se siguen confundiendo ambos términos, como ocurría hace décadas. Textos médicos anticuados describían la orientación sexual en relación con el sexo asignado, no con el sexo de identificación; en otras palabras, refiriéndose a una transexual de varón-a-mujer que se sentía atraída por varones, como «un transexual masculino homosexual».

De nuevo, hay que decir que este uso confuso de los términos es científicamente inexacto y clínicamente insensible hoy en día, y una persona como la descrita sería llamada actualmente y ella misma se consideraría una «mujer transexual heterosexual».

¿La Transexualidad tiene “cura”?

Históricamente, los tratamientos psicológicos orientados a «curar» la transexualidad han sido un rotundo fracaso. En 1972, la American Medical Association Committee on Human Sexuality hizo pública la opinión médica dominante de que la psicoterapia no es efectiva para personas transexuales y que, además, la terapia de reasignación de sexo era más útil.

Un buen número de tratamientos que se utilizaron en el pasado son hoy en día considerados inefectivos para las personas con una significativa y persistente disforia de género, incluyendo la terapia de aversión, las medicaciones psicoactivas, la terapia electroconvulsiva, tratamientos hormonales permanentes con el género anatómico de nacimiento y psicoterapia sólo.

La terapia reparativa orientada a personas homosexuales también ha sido aplicada a personas transexuales, ya que en ocasiones la transexualidad es vista como una homosexualidad extrema. Esta visión ha desaparecido hace mucho de casi todos los discursos científicos.

Mientras la escala de Kinsey expresaba una visión similar, la comunidad científica ahora rechaza esta parte de la teoría de Alfred Kinsey, considerando inútil esta terapia reparativa tanto para personas homosexuales como para personas transexuales.

Aunque muchas de las más importantes asociaciones profesionales de medicina han condenado repetidamente la terapia reparativa no sólo como ineficaz, sino como realmente dañina, ésta continúa siendo defendida como un tratamiento para la homosexualidad y la transexualidad por varias organizaciones con vínculos al movimiento cristiano conservador.

Sin embargo, para algunas personas transexuales, las terapias orientadas a resolver estos conflictos, distintas de los tratamientos somáticos para reasignar el sexo físico, pueden ser eficaces y útiles. Algunas personas pueden tener conflictos más leves entre la identidad sexual y sus características sexuales físicas. Estos individuos pueden no desear realmente someterse a un proceso de reasignación de sexo, pero pueden buscar asistencia para superar los conflictos a los que se enfrentan.

Si los individuos expresan su deseo de asistencia psicológica sin reasignación de sexo, el asesoramiento de apoyo y psico-educativo puede ser de ayuda. Sus razones para renunciar al proceso pueden incluir preocupaciones familiares o profesionales, percepciones de la dificultad del proceso, miedo a la pérdida de su posición o rol social, firmes creencias religiosas, real o percibida incapacidad para financiar el proceso y una avanzada edad o problemas médicos crónicos, que pueden, en algunos casos, considerarse contraindicaciones médicas para la terapia hormonal o la cirugía de reasignación de sexo.

Sin tener en cuenta su razonamiento, si su decisión es consistente, debería ser respetada. Estos individuos a menudo buscan métodos alternativos con los que puedan mejorar su vida, promoviendo la aceptación de su identidad sexual y mejorar su baja autoestima causada por el conflicto.

Estos métodos pueden ser tratamientos somáticos parciales como sólo terapias de reducidas dosis hormonales, que permite a los pacientes a vestir y vivir parcialmente en el rol de género que se corresponde con su identidad sexual, e incluso -simplemente- permitir a la persona una válvula de escape segura para expresarse como varón o mujer puede proporcionar una gran satisfacción a los pacientes que, por una razón u otra, eligen no someterse al proceso de reasignación de sexo.

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