La invasión rusa de Ucrania ha suscitado el temor de la opinión pública al uso de armas nucleares en Europa o contra Estados Unidos. Este nivel de preocupación no se había visto desde el final de la Guerra Fría.
Los países de la OTAN se han visto sorprendidos por las amenazas implícitas del presidente ruso, Vladimir Putin, de utilizar armas nucleares contra “quienquiera que interfiera con nosotros” en Ucrania, y por haber dispuesto a oficiales nucleares adicionales en turnos bajo un “régimen especial de servicio de combate”.
Tanto Rusia como Estados Unidos tienen miles de armas nucleares, la mayoría de las cuales son al menos cinco veces más potentes que las bombas atómicas que arrasaron Hiroshima y Nagasaki en 1945. Entre ellas hay unas 1 600 en cada bando capaces de alcanzar objetivos en todo el mundo.
Estas cifras se acercan a los límites permitidos por el Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas de 2011, a menudo llamado “Nuevo START”, que es el único tratado de control de armas nucleares actualmente activo entre Rusia y Estados Unidos. Sus arsenales incluyen misiles balísticos intercontinentales, más conocidos como ICBM, y misiles balísticos lanzados desde submarinos, así como misiles lanzados desde aviones especializados. Muchos de esos misiles pueden estar equipados con múltiples ojivas nucleares que pueden lanzarse sobre diferentes objetivos.
Para garantizar que los países respetan los límites de ojivas y misiles, el tratado incluye sistemas para que ambas partes supervisen y verifiquen su cumplimiento. En 2018, tanto Rusia como Estados Unidos habían cumplido sus obligaciones en virtud del Nuevo START, y a principios de 2021 el tratado se prorrogó cinco años más.
Los arsenales nucleares de ambos países también incluyen cientos de armas nucleares de menor alcance, que no están cubiertas por ningún tratado. Actualmente, Rusia tiene casi 2 000 de ellas, unas 10 veces más que Estados Unidos, según las estimaciones no gubernamentales más citadas.
Se cree que alrededor de la mitad de las aproximadamente 200 armas estadounidenses de menor alcance están desplegadas en cinco países de la OTAN en Europa: Bélgica, Alemania, Italia, Países Bajos y Turquía, aunque Estados Unidos no confirma ni desmiente su ubicación. En tiempos de guerra, los aviones aliados despegarían de esos lugares y volarían hacia sus objetivos antes de lanzar las bombas.
Otros dos miembros de la OTAN, Francia y el Reino Unido, también poseen sus propios arsenales nucleares. Tienen varios cientos de armas nucleares cada uno, muchas menos que las superpotencias nucleares. Francia tiene tanto misiles nucleares de lanzamiento desde submarinos como misiles nucleares de crucero para lanzar desde aviones; el Reino Unido sólo tiene armas nucleares para ser lanzadas desde submarinos. Ambos países han revelado públicamente el tamaño y la naturaleza de sus arsenales, pero ninguno de ellos es o ha sido parte de los acuerdos de control de armas entre Estados Unidos y Rusia.
Estados Unidos, el Reino Unido y Francia protegen a otros aliados de la OTAN bajo sus “paraguas nucleares”, de acuerdo con el compromiso de la OTAN de que un ataque a cualquier aliado se considerará un ataque a toda la alianza.
El arsenal nuclear de China tiene actualmente un tamaño similar al de los arsenales del Reino Unido y Francia. Pero está creciendo rápidamente, y algunos funcionarios estadounidenses temen que China esté buscando la paridad con Estados Unidos. China, Francia y el Reino Unido no están sujetos a ningún tratado de control de armas.
India, Pakistán e Israel tienen docenas de armas nucleares cada uno. Ninguno de ellos ha firmado el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, en el que los firmantes se comprometieron a limitar la posesión de armas nucleares a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, cada uno de los cuales ya poseía armas nucleares antes de firmarlo.
Corea del Norte, que también posee decenas de armas nucleares, firmó ese tratado en 1985, pero se retiró en 2003. Corea del Norte ha probado repetidamente armas nucleares y los misiles que las transportan.
Ha habido armas nucleares en otros países. Cuando la Unión Soviética se derrumbó en 1991, las repúblicas que se convirtieron en Bielorrusia, Ucrania y Kazajstán tenían armas nucleares de origen soviético en su territorio. A cambio de garantías internacionales para su seguridad, los tres países transfirieron sus armas a Rusia.
Afortunadamente, ninguna de estas armas se ha utilizado en una guerra desde los bombardeos estadounidenses de Hiroshima y Nagasaki en 1945. Pero, como nos recuerdan los últimos acontecimientos, el riesgo de su uso sigue siendo una posibilidad aterradora.
Miles A. Pomper, Senior Fellow, James Martin Center for Nonproliferation Studies, Middlebury and Vasilii Tuganov, Graduate Research Assistant at James Martin Center for Nonproliferation Studies, Middlebury
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
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