Afortunadamente en pleno 2021 la población tiene una gran cultura sobre Internet, sobre todo si se compara con la que había hace un par de décadas. Sin embargo, hay algunos conceptos que siguen siendo un tanto desconocidos. Así lo demuestran los hostings, especialmente por parte de quienes nunca han tenido una página web.
Si también es tu caso y desconoces por completo el apasionante sector de los alojamientos online, es fundamental que te fijes en una serie de detalles antes de contratar uno u otro.
Dominio gratuito
En otros tiempos era difícil encontrar una empresa que te proporcionase hosting y dominio sin tener que pagar por este último. Por suerte, a día de hoy resulta mucho más sencillo. Son numerosos los alojamientos web que te permiten elegir la URL deseada sin que ello acarree el desembolso de más dinero.
Es decir, solo pagarías por el hosting, lo cual es de agradecer. Si bien es cierto que el importe de un dominio no es excesivo, rondando los quince euros anuales, es preferible ahorrárselos y más en época de crisis económica como la que nos ha tocado vivir a causa de la situación sanitaria.
Servidores alojados cerca de la mayoría de tu público objetivo
En los tiempos actuales prima la inmediatez por encima de todo. Si un sitio web no carga muy rápido, es probable que los internautas lo abandonen y acaben accediendo a una página de la competencia. Para evitar que ello suceda es fundamental optar por un hosting que sea rápido.
Con tal de garantizarlo asegúrate de que sus servidores están alojados en el mismo país del que provendrá la inmensa mayoría del público objetivo. Pero, ¿cómo averiguar este dato? Basta con realizar un estudio de mercado o saber a quién va destinado tu producto/servicio. Por ejemplo, si es una tienda de barrio o que solo enviará los pedidos a nivel nacional, conviene que la ubicación de los servidores sea ese país en concreto.
Porcentaje de uptime
De poco sirve que una página web cargue muy rápido durante gran parte del día si, en momentos puntuales, permanece caída. Ello es fruto de algunas anomalías que presentan ciertos servidores. Para cerciorarte de que estas situaciones prácticamente nunca se producirán, elige un hosting que tenga un altísimo porcentaje de uptime.
No te será difícil dar con un buen alojamiento web que presente un porcentaje de 99,9 puntos. Tanto la monitorización de los servidores como la tecnología tan avanzada de la que se hace uso hoy en día permitirán mantener activa la página, impidiendo que la frustración se apodere de algunos usuarios al darse cuenta de que tu portal online no carga.
Correo electrónico a un precio asequible
No solo importa estar en Internet, sino que también adquiere relevancia el tipo de presencia. Sí, tener una página web aporta una impagable imagen de profesionalidad, pero la misma puede irse al traste si ofreces un método de contacto que no esté a la altura, ejemplificándolo una dirección de correo electrónico que proviene de un servicio gratuito al que cualquier usuario tiene acceso.
Uno de los servicios más importantes es el del e-mail. Asegúrate de que el hosting lo incluye o, en caso contrario, te ofrece cuentas a un bajo precio que podrás asumir perfectamente.
Experiencia
Por último, no puedes pasar por alto la experiencia que el hosting tiene a sus espaldas. Si la trayectoria es dilatada sabrás que estarás ante una empresa en la que merecerá la pena depositar tu confianza.
De ello dará buena cuenta no solo el excelente resultado obtenido, sino también lo satisfecho que quedarás en caso de que necesites comunicarte con los profesionales llamando por teléfono, enviándoles un e-mail o incluso chateando en tiempo real.
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