Menú
Procrastinar: El arte de boicotearte (y cómo dejar de hacerlo en 30 minutos)

Procrastinar: El arte de boicotearte (y cómo dejar de hacerlo en 30 minutos)

¿Alguna vez has dicho «mañana lo hago» y luego te has sentido atrapado en un loop de ansiedad y culpa? Descubre qué es la procrastinación, por qué nos sabotea y cómo una técnica sencilla puede ayudarte a darle jaque mate. Spoiler: no necesitas ser un genio de la disciplina, solo un poco de ganas.

Confiesa: ¿cuántas veces has dejado para mañana ese informe, ese mensaje incómodo o hasta lavar los platos? Todos hemos estado ahí, mirando el techo mientras la lista de pendientes crece y crece sin parar.

CULTURIZANDO EN WHASTAPP

La procrastinación no discrimina: afecta a estudiantes, profesionales, artistas y hasta a esa amiga que dice que «este año sí va al gym». Pero aquí va una verdad incómoda: cuanto más postergas, más pesado se siente el mundo. ¿La buena noticia? No estás condenado a esto. Como psicóloga con maestría en terapia breve estratégica, te prometo que hay luz al final del túnel… y no necesitas volverte un monje zen para llegar ahí.

¿Qué es la procrastinación y por qué nos atrapa? 

Procrastinar no es solo «dejar para después». Es un hábito traicionero que mezcla miedo, pereza y una pizca de autoengaño. Procrastinar es elegir el placer inmediato (scroll en TikTok, una siesta extra) sobre el bienestar a largo plazo. ¿Ejemplos? Decir «luego estudio» y terminar viendo reels de gatitos, o el clásico «mañana contesto ese mail» mientras Netflix te susurra «un episodio más».

¿La causa? Puede ser miedo al fracaso, perfeccionismo o simplemente que nuestro cerebro ama las recompensas rápidas. Dato curioso: un estudio de la Universidad de Carleton dice que el 20% de las personas se consideran procrastinadores crónicos. ¿Tú estás en ese club?

El precio de postergar

Aquí va una escena que te sonará: tienes una tarea pendiente, la ignoras, y de repente sientes un nudo en el estómago. Eso es la procrastinación cobrándote intereses. Cuanto más la dejas, más ansiedad genera. Es como una profecía autocumplida: temes no lograrlo, postergas, y al final… no lo logras. Viktor Frankl, el famoso psiquiatra, decía: «Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. En ese espacio está nuestro poder de elegir». Procrastinar es renunciar a ese poder. ¿Te suena fuerte? ¡Lo es!

La procrastinación es un círculo vicioso: postergamos, sentimos ansiedad, postergamos más, nos sentimos peor. Pero también podemos construir un círculo virtuoso: empezar, avanzar, sentirnos bien y querer seguir.

Cómo ganarle a la procrastinación (sin volverte un robot) 

No te voy a pedir que te levantes a las 5 de la mañana ni que medites con monjes tibetanos. La terapia breve estratégica se trata de soluciones prácticas, y hoy te traigo una: la técnica de los 30 minutos. Es simple, efectiva y hasta un poco divertida si le pones actitud. Aquí va el paso a paso:

1. Elige tu «monstruo»: Esa tarea que te da flojera pero sabes que debes hacer (sí, ese mail, esa limpieza, ese proyecto). 

2. Crea un espacio-tiempo sagrado: Decide un momento del día (puede ser ahora mismo) y pon una alarma para 30 minutos después. 

3. Regla de oro: En esos 30 minutos, solo puedes hacer ESA tarea. Nada de móvil, nada de Netflix, nada de soñar despierto. Si no haces nada, perfecto, pero no cambies de actividad. 

4. Repite cada día: Aunque no te apetezca, siéntate. A los 7 días, algo mágico pasa: tu cerebro empieza a ceder.

¿Por qué funciona? Porque entrenas tu fuerza de voluntad sin agotarte. Es como ir al gym: no levantas 100 kilos el primer día, empiezas con 5 y subes poco a poco. Este método es efectivo porque entrena tu cerebro a trabajar sin excusas. Al quitarte la presión de «terminar todo», solo te comprometes a empezar, que es la parte más difícil.

Tu turno de actuar 

La procrastinación no es un defecto, no es una enfermedad, es un hábito. Y los hábitos se cambian con acción, no con promesas. Como dijo Aristóteles: «Somos lo que hacemos día a día, de modo que la excelencia no es un acto, sino un hábito». Así que, ¿qué tal si hoy pruebas esos 30 minutos? No tiene que ser perfecto, solo empezar. Cuéntame en los comentarios cómo te fue y comparte este artículo con ese amigo que siempre dice «mañana lo hago».

Soy Carmen Sancho, Psicóloga en Barcelona, en Castelldefels. Si no sabes cómo hacerlo, estoy para ayudarte. Escríbeme por Instagram @carmensanchopsicologa o visita mi página web carmensancho.es

--

--


Lo que más gusta

Lo más destacado