Virgilio y Dante describen en sus obras cumbres la existencia de una cueva que le permitía a los hombres descender al infierno. Tal entrada no ha sido nunca hallada, pero sí hay noticias de una formación geológica que, luego de haber sido modificada por el hombre, nos da una idea bastante real de cómo debería lucir este acceso al infierno.
Se trata del pozo de Darvaza, un yacimiento de gas natural de Turkmenistán; uno de los países ubicados en Asia Central. Desde el punto de vista político, esta nación es famosa por tener uno de los gobiernos más represivos del mundo.
Las condiciones extremas en las que vive la sociedad de Turkmenistán se ven reflejadas en su árida geografía. El territorio del país está constituido en un 70% por el desierto de Karakum.
En el corazón de este desierto se encuentra ubicado el pozo de Darvaza, un cráter de 69 metros de diámetro y 30 metros de profundidad. A las dimensiones prominentes del cráter, hay que sumar otra característica incluso más singular: las entrañas del pozo arden a 400 °C de manera incesante.
¿Cómo se formó el pozo de Darvaza?
Los detalles sobre la formación del pozo no son del todo conocidos, ya que están relacionados con una fallida prospección de gas, realizada por geólogos soviéticos en la década de los 70. Conviene saber que después 1924, Turkmenistán pasó a estar entre las naciones absorbidas por la Unión Soviética.
Por lo que se sabe, una comisión para descubrir campos gasíferos fue enviada al desierto de Karakum en 1971. Los geólogos determinaron la existencia de un yacimiento cerca de Darvaza, y procedieron a instalar una plataforma de perforación en el sitio.
Lo que el personal soviético ignoraba es que lo que habían descubierto era en realidad una red de cuevas subterráneas. Durante los trabajos de perforación, el suelo cedió y se tragó a parte del personal que había estado trabajando en el lugar.
Los geólogos se enfrentaron entonces a un dilema: si dejaban el cráter descubierto, la fuga de gases, provenientes de las grietas destapadas, podrían contaminar la atmósfera. Pero iniciar los trabajos para cubrir el pozo alteraría el programa del proyecto para el que habían sido enviados en primer lugar.
Una solución con resultados inesperados
Finalmente, para solucionar el problema de la fuga, los soviéticos decidieron prenderle fuego al gas, para que el metano natural se consumiera por completo, pero no ocurrió así.
La estimación de los geólogos apuntaba a que en unos pocos días las llamas se aplacarían. Pero los cálculos del equipo estaban lejos de la realidad, puesto que todavía en el año 2013 el fuego del cráter ardía con la misma intensidad.
Convertida en atracción turística, aún hoy las llamas de “la puerta del Infierno” siguen encendidas.
Con información de: National Geographic / Wikipedia / Foto: Shutterstock
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