Imagina que estás en tu casa pensando que tu plan de la noche se va a basar en Netflix, pero, de repente, recibes la propuesta de unos amigos o familiares para una noche de alcohol. Pasas el momento de la mejor forma posible, pero la mañana siguiente te podrá resultar desagradable ante los efectos temibles de la resaca. De modo que, en este artículo de ‘Minutos Médicos’, conocerás más sobre la resaca: qué es, por qué se da y cómo evitarla.
¿Cómo se absorbe y metaboliza el alcohol?
Luego de la vía oral, el alcohol se absorbe en gran parte en el intestino delgado y, en menor fracción, en el estómago; mucho menos en el colon.
Luego de la absorción en el tubo digestivo, la mayor parte del alcohol ingerido es metabolizado por el hígado en un 90-95 %. El 5-10 % restante es excretado principalmente por la orina, aunque el sudor y la respiración también se vinculan con la salida de etanol; esto explica la medición de su cantidad en los controles policiales de alcoholemia.
Las bebidas de etanol son comúnmente conocidas como alcohol.
El metabolismo del etanol en el hígado está impulsado por la acción de dos enzimas: la alcohol deshidrogenasa, que transforma el etanol a acetaldehído, y la aldehído deshidrogenasa, que transforma el acetaldehído a acetato.
Cabe destacar que el acetaldehído es una sustancia química cancerígena, la cual, por suerte, se transforma con rapidez en acetato y se elimina del cuerpo; aunque está claro que menor será el riesgo de cáncer cuanto menos alcohol se consuma.
¿Qué es la resaca?
La resaca de alcohol se refiere a la combinación de síntomas mentales y físicos negativos que se pueden experimentar después de un solo episodio de consumo de alcohol, comenzando cuando la concentración de alcohol en sangre se acerca a cero. Los síntomas pueden incluir dolor de cabeza, náuseas, mareos, fatiga, aumento de la sensibilidad a la luz y al sonido, irritabilidad y menor capacidad de concentración.
Los siguientes factores parecen influir en la aparición de los síntomas, ya que el alcohol:
- Inhibe la liberación de vasopresina, una hormona producida por el cerebro que envía señales a los riñones para que retengan líquidos. Por consiguiente, el alcohol eleva la frecuencia para orinar y la pérdida excesiva de líquidos. La consecuente deshidratación leve puede que contribuya a la sed, al cansancio y al dolor de cabeza, que se distinguen en la resaca.
- Irrita el revestimiento del estómago y aumenta la liberación de ácido, lo que puede provocar náuseas y malestar estomacal.
- El alcohol puede producirte sueño, pero impide que se alcancen las fases del sueño más profundas y suele suscitar que te despiertes en medio de la noche.
- Aumenta la inflamación en el cuerpo, lo que contribuye al malestar general que puedes sentir cuando estás enfermo.
- Hace que los vasos sanguíneos se dilaten, y esto puede provocar dolores de cabeza.
Por otra parte, las bebidas alcohólicas tienen unos ingredientes llamados «congéneres», que contribuyen a su olor y sabor, y, además, pueden relacionarse con la resaca. Las bebidas alcohólicas de color oscuro, como el whisky americano (bourbon) y el brandy, que tienden a poseer niveles más altos de congéneres que las bebidas alcohólicas claras (como el vodka y la ginebra), pueden empeorar los síntomas de resaca en algunas personas.
No solo es el consumo excesivo de alcohol
Lo más curioso es que las resacas pueden ocurrir en cualquier nivel razonable de concentración de alcohol en sangre, por lo que no se limitan solo al consumo excesivo de alcohol.
Hay bebedores que casi siempre experimentan resaca, incluso cuando solo beben su cantidad habitual de alcohol. Una de las muchas posibles razones de esto podría ser la metabolización deficiente del alcohol y/o su metabolito acetaldehído en el hígado, y tienen que ver con variaciones genéticas relacionadas con las enzimas necesarias para metabolizar el etanol en acetaldehído y luego en acetato.
Los estudios con gemelos mostraron que la heredabilidad de esta variación genética está relacionada con aproximadamente el 45 % de la gravedad de la resaca informada. En este contexto, en poblaciones de ascendencia asiática, los sujetos con alelos ALDH2*2, es decir, aquellos que descomponen el acetaldehído con más lentitud, reportan resacas significativamente peores y es más probable que experimenten resacas con niveles de consumo de alcohol más bajos que otros.
Recomendaciones para prevenir una resaca
La sugerencia que se resalta más es la que aclara que se debe evitar por completo el alcohol para prevenir las resacas. Por supuesto, existen otros consejos que te pueden ayudar:
- Bebe lentamente las bebidas alcohólicas y con el estómago lleno.
- Toma un vaso de agua entre los tragos que contengan alcohol. Esto ayudará a consumirlo menos y disminuirá la deshidratación.
¿Existe algún remedio para la resaca?
Sin embargo, si la resaca aparece, ¿acaso hay algún remedio al alcance de las posibilidades?
Aunque se mencionan muchos remedios para aliviar la resaca, ninguno ha demostrado ser científicamente efectivo. No existe algún remedio mágico para combatir la resaca, y solo el tiempo puede ayudar. Beber café, darse una ducha o beber una bebida alcohólica la mañana siguiente no curarán la resaca.
Algunas personas toman acetaminofén antes de acostarse, con el propósito de minimizar la resaca. No obstante, la combinación de alcohol y acetaminofén puede ser tóxica para el hígado. Al igual que el alcohol, la aspirina y el ibuprofeno pueden aumentar la liberación de ácido e irritar el revestimiento del estómago, de manera que se debe actuar con cuidado al consumir estos medicamentos antes o después de beber alcohol.
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Con información de: PubMed (artículo 1 y 2) | Elsevier | National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism | Mayo Clinic | CDC | National Human Genome Research Institute
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