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El ‘palpati’ y su labor de tocarle los testículos al papa

Durante siglos, la Iglesia Católica ha sido rodeada por mitos y leyendas. Una de las más intrigantes es la existencia del ‘Palpati’, un supuesto ritual en el que se verificaba la masculinidad del papa. ¿Realmente se tocaban los testículos del pontífice para asegurar su virilidad? Descubre la verdad detrás de esta enigmática tradición.

La historia de la Iglesia Católica está llena de rituales solemnes, secretos oscuros y, por supuesto, leyendas que han sobrevivido a lo largo de los siglos. Una de las más fascinantes —y quizás menos conocidas— es la historia del ‘Palpati’, un misterioso personaje cuya tarea, según se cuenta, era verificar la virilidad del papa recién elegido. Esta tradición habría surgido tras la supuesta existencia de la papisa Juana, una mujer que, disfrazada de hombre, habría alcanzado el máximo cargo eclesiástico. Pero, ¿qué hay de cierto en esta historia? ¿Realmente existió el ‘Palpati’, o es solo una de esas historias que el tiempo ha distorsionado?

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La Papisa Juana: El origen del mito

Antes de hablar del ‘Palpati’, es crucial entender la leyenda de la papisa Juana, ya que es la base de este misterioso ritual. Según la tradición, Juana habría sido una mujer que, ocultando su género, logró ser elegida como papa alrededor del año 855 bajo el nombre de Benedicto III. Su mandato habría durado poco, pues fue descubierta al quedar embarazada y dar a luz durante una procesión, lo que habría causado un escándalo sin precedentes.

Esta historia, aunque fascinante, carece de pruebas históricas sólidas. La mayoría de los historiadores modernos consideran a la papisa Juana como una figura legendaria, producto de la mezcla entre la misoginia medieval y la imaginación popular. Sin embargo, su leyenda fue tan poderosa que, según se cuenta, motivó la creación del ‘Palpati’.

El ‘Palpati’: Un cargo singular en la historia de la Iglesia

El ‘Palpati’ es descrito en algunos relatos como un hombre cuyo trabajo era verificar físicamente la virilidad del papa para evitar que otra mujer accediera al trono de San Pedro. Se dice que este ritual se llevaba a cabo en un asiento especial, conocido como la sedia stercoraria, un trono con un agujero en el medio, a través del cual el recién elegido papa debía dejar colgar su escroto. El ‘Palpati’ entonces introducía su mano por debajo para palpar los testículos del pontífice y, si todo estaba en orden, proclamaba: “Duos habet et bene pendentes” (“Tiene dos y cuelgan bien”). Los cardenales presentes, aliviados, respondían “Deo Gratias” (“¡Gracias a Dios!”).

Mito o Realidad: La controversia del ‘Palpati’

La historia del ‘Palpati’ ha sido motivo de debate entre historiadores y teólogos. No existe evidencia concluyente que respalde la existencia de este ritual, y la mayoría de los estudiosos lo consideran un mito. Es probable que esta historia haya sido una forma de desacreditar a la Iglesia o de burlarse de la seriedad con la que se manejaban ciertos rituales eclesiásticos.

De hecho, la famosa sedia stercoraria sí existió, pero se utilizaba por razones más prácticas y menos escandalosas. Era simplemente un tipo de silla utilizada en los baños públicos romanos, que posteriormente fue adaptada para algunos rituales papales, pero no para verificar la virilidad del papa.

La ‘sedia stercoraria’ se expone en el Museo Vaticano para la observación de todos sus visitantes.

¿Por qué persisten estos mitos?

La persistencia de la historia del ‘Palpati’ y otros mitos similares se debe en parte al poder de la tradición oral y a la fascinación humana por lo macabro y lo inusual. En un mundo medieval donde la superstición y la religión estaban profundamente entrelazadas, no es sorprendente que historias como estas hayan ganado popularidad. Además, la misoginia y el miedo a la subversión de los roles de género pudieron haber alimentado estos mitos, sirviendo como advertencia sobre los peligros de que una mujer pudiera infiltrarse en la jerarquía eclesiástica.

El ‘Palpati’ en la imaginación popular

La leyenda del ‘Palpati’ nos recuerda lo poderosa que puede ser la combinación de historia, mito y cultura popular. Aunque no hay pruebas de que este ritual haya sido una práctica real, la historia sigue viva en la imaginación colectiva, reflejando las ansiedades y creencias de épocas pasadas. Al final, la historia del ‘Palpati’ es más un testimonio de la creatividad humana que un hecho histórico. Pero, ¿quién sabe? Tal vez, en algún rincón oscuro del Vaticano, aún existan secretos que nunca conoceremos.

Con información de: ABC / Wikipedia

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