Glabro es un adjetivo que deriva del latín glaber, -bra, significa calvo, lampiño. Esta denominación se le da a organismos, o a sus partes, que no presentan pelos, tricomas o estructuras similares en su superficie externa.
La primera aparición de esta palabra fue en el Diccionario de la lengua castellana en 1825.
En botánica y micología –ciencia que se dedica al estudio de los hongos–, glabro se utiliza para describir una característica morfológica como liso, brillante, no teniendo ningún pelo o cerdas.
Acomoclitismo
El término acomoclitismo es la palabra que denomina la preferencia por los órganos genitales sin vello.
A una persona con esta preferencia se le llama acomoclítico.
Glabro en la guerra
En el marco de la Tercera Guerra Servil, Guerra de los Esclavos o Guerra de los Gladiadores, en los últimos años de la República Romana, existió un militar romano que ostentó los cargos de Pretor y Legado –general del ejército equivalente a un moderno oficial general o lugarteniente– llamado Cayo Claudio Glabro.
Durante las batallas del Vesubio, en el 73 a. C., siendo contrario a la doctrina militar romana, y menospreciando completamente a los esclavos, Claudio Glabro estableció su campamento al pie de la montaña, donde descendía el único camino proveniente de la cúspide, sin establecer una valla de protección.
Al tener conocimiento de este hecho, Espartaco -un gladiador y esclavo tracio- adoptó un brillante plan. Hizo descender a sus hombres por la parte más escarpada del volcán, atados por cuerdas a la cepa de una vid silvestre, cayendo por sorpresa sobre los soldados romanos, causándoles numerosas bajas y obligando a los supervivientes a darse a la fuga desordenadamente, dejando el campamento en manos de los esclavos.
Espartaco mató con su propia mano al caballo de Glabro, y el romano protegido por sus centuriones, a duras penas logró escapar.
Con información de RAE | Dirae | Wikipedia
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