El propulsor de la llamada ley de Lynch (es decir, del colgamiento sin juicio formal de los acusados de ciertos delitos o linchamiento) fue el capitán William Lynch (1742-1820), de Pittsylvania, Virginia, Estados Unidos.
Al parecer, aquellos primeros linchamientos se efectuaban sentando al acusado sobre un caballo, con una soga anudada al cuello, y dejándolo abandonado en aquella postura. Cuando el caballo sentía hambre o sed, naturalmente se marchaba del lugar, descabalgando al infeliz acusado, que consecuentemente moría ahorcado. De esta manera, se eludía la responsabilidad directa de los linchadores en la muerte del acusado.
Por Ángel Daniel Fernández @andafero
Foto: Linchamiento / Shutterstock
--
--