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La primera aspiradora de la historia

La primera aspiradora de la historia

En 1901 el ingeniero inglés Hubert Cecil Booth ideó un aparato para absorber el polvo. Probó la idea colocando un pañuelo en el extremo de la tobera y aspirando una silla polvorienta, y vio que el polvo quedaba atrapado en el pañuelo.

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Poco después, un 30 de septiembre de ese mismo año, patentó la primera aspiradora, la “Puffing Billy”, accionada por un motor de combustión interna de gasolina. Era tan grande, que un carro tirado por un caballo tenía que arrastrarla de casa en casa.

La primera aspiradora eléctrica “portátil” se inventó en San Francisco en 1905. Esta máquina pesaba más de 40 kilos y a causa de su tamaño y peso fue un fracaso.

En 1907, James Murray Spangler, que era un conserje y se dedicaba a la limpieza de una gran tienda en Estados Unidos, dedujo que el polvo de las alfombras era la responsable de su tos. Este hombre dio una solución creativa a su problema: gracias a un motor, un palo de escoba y una funda de almohada, creo la aspiradora eléctrica portátil, la primera de las que hoy conocemos.

En 1908 Murray con la patente de su invento, fabricó unas pocas aspiradoras. La primera que vendió fue adquirida por su prima, quien era esposa de William H. Hoover, la mujer le hizo ver a Hoover el potencial del invento, decidió comprar la patente y establecer una compañía que fabricara y comercializara aspiradoras.

Fue un éxito y gracias a Murray y Hoover actualmente existen unos 100 fabricantes de aspiradoras a nivel mundial que buscan satisfacer un mercado que tiene un valor aproximado de 7,350 millones de dólares anuales.

Foto: Aspiradora / Shutterstock

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