Si bien es importante aclarar que algunos estudios recientes han indicado que la civilización egipcia no fue la primera en llevar a cabo el proceso de momificación, esta técnica se dio a conocer gracias al apogeo que tuvo en esta cultura… ¡Te contamos cuáles eran las técnicas usadas por los egipcios para momificar un cuerpo perfectamente!
Aunque es prácticamente imposible determinar la fecha de inicio de las momificaciones, los resultados de las innumerables investigaciones realizadas en Egipto indican que surgió entre los años 4500 a. C. y 3100 a. C., al final del período Neolítico. Sin embargo, estudios hechos a momias que se han encontrado recientemente han demostrado que, contrariamente a lo que se cree, la momificación se originó unos 1500 años antes de la fecha previamente establecida.
La teoría más aceptada entre los investigadores plantea que el descubrimiento –por parte de los egipcios- del secreto para la conservación de los cadáveres ocurrió de forma casual. En aquel momento, la tradición era enterrar a los difuntos en la arena del desierto y esto hacía que los cadáveres se deshidrataran rápidamente. Al no haber ninguna fuente de humedad cerca de los cadáveres las bacterias no podían proliferar, por lo que el cuerpo quedaba muy bien conservado de forma natural. El viento hacía que los cadáveres, que estaban enterrados a poca profundidad, quedaran al descubierto, mostrando a los habitantes de la zona lo que ocurría con los cuerpos de sus difuntos.
Alrededor del año 3100 a. C., los egipcios dejaron de enterrar los cuerpos en la arena del desierto y comenzaron a realizar los enterramientos en sarcófagos. Esto los llevó a perfeccionar la técnica de la momificación y a convertirla en un proceso elaborado y complejo que duraba 70 días y que –al principio- solo podía ser costeado por las familias más pudientes…
Los pasos para momificar un cuerpo eran los siguientes:
Extracción
El cuerpo era llevado a un taller donde los embalsamadores lo lavaban completamente. Una vez listo, procedían a realizar la primera etapa: la extracción del cerebro. Para ello, unos ganchos de bronce eran introducidos por la nariz del difunto y posteriormente se vertía un líquido parecido a la resina que llegaba al interior del cerebro convirtiendo el órgano en pulpa que fluía a través del agujero hecho por los ganchos.
Evisceración
Una vez extraído el cerebro se procedía a retirar el resto de los órganos del cuerpo del difunto. Para esto, un cortador designado abría la cavidad ventral con una piedra etíope afilada y se procedía a remover todos los órganos a excepción del corazón, pues se suponía que era la sede de los sentimientos, el pensamiento, la conciencia y la vida, siendo responsable de la individualidad de cada persona. Acto seguido el interior del cuerpo era lavado con vino de palma, se llenaba de mirra pura triturada, canela y otros perfumes y finalmente se cosía.
Deshidratación
Ya limpio, el cuerpo –cubierto con varias capas de aceites vegetales y animales para hacer que la piel fuera más flexible- era rellenado de telas y sal, debido a que el sodio tiene propiedades higroscópicas y atrae la humedad de los tejidos del cadáver. Para acelerar el proceso de desecación, el cuerpo se exponía al sol en el clima seco de Egipto durante 70 días.
Vendajes
Cuando el proceso de deshidratación se daba por finalizado, se procedía a vendar el cuerpo con el fin de preservar la carne. Se empezaba vendando los dedos uno por uno, seguido de las extremidades y luego el resto del cuerpo. Los brazos podían ponerse estirados o se cruzaban en el pecho en posición osiríaca. Entre cada capa de vendas se colocaban determinados amuletos otorgados por los familiares del difunto que cumplían un papel protector y seguidamente se colocaba en un sarcófago.
Antes de vendar la cara, el sumo sacerdote –quien portaba una máscara del dios Anubis- recitaba los encantamientos correspondientes mientras tocaba, en un gesto sagrado, los siete orificios de la cabeza de la momia para hacerle revivir los sentidos.
En algunos casos, el área de la cara era cubierta con una máscara de momia, usualmente pintada; sin embargo, en el caso de las momias reales, se hacía en oro. Acto seguido la familia recogía el cuerpo y en procesión llevaban el cuerpo a la que sería su última morada y una vez allí, el sumo sacerdote procedía a los conjuros finales.
Con información de Playbuzz / Muy historia / Muy interesante / Egiptología
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