Los elfos son criaturas de la mitología nórdica y germánica; fascinantes figuras presentes en la literatura y el cine, gracias a su aura mágica y de misterio… ¡Conoce más sobre los elfos y su influencia en la historia!
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Originariamente, representaban a una raza relacionada con la fertilidad a través de hombres y mujeres jóvenes de gran belleza, que habitaban en bosques, cuevas o fuentes, frecuentemente longevos o inmortales. La palabra «elfo» proviene del proto-germánico *albo-z, *albi-z, y del nórdico antiguo álfr, el alto alemán medio elbe.
Los elfos, al igual que las hadas y los duendes están estrechamente relacionados en el folclore, aunque los elfos parecen haber surgido específicamente de la temprana mitología nórdica. Para el año 1500, la gente comenzó a incorporar a su folclore a los elfos en historias y leyendas sobre las hadas… y ya para 1800 las palabras «hada» y «elfo» era empleadas para identificar a las mismas criaturas mágicas.
Al igual que con las hadas, los duendes eventualmente desarrollaron una reputación de bromas y travesuras, y con frecuencia se les atribuía extrañas ocurrencias diarias. Por ejemplo, cuando el cabello de una persona o un caballo se enredaba y anudaba, se culpaba a los elfos por ser causantes de «candados de duendes”, y un bebé nacido con una marca de nacimiento o deformidad se llamaba «elfo marcado».
Cabe mencionar que nuestros antepasados se relacionaban con los elfos bajo su propio riesgo. Según la folclorista Carol Rose en su enciclopedia Espíritus, hadas, duendes y goblins (1998), aunque los elfos a veces eran amigables con los humanos, también se sabía que tomaban «una terrible venganza contra cualquier ser humano que los ofendiera». Podían robar bebés, ganado, leche y pan o encantar y mantener a los jóvenes en su hechizo durante años. Un ejemplo de esto es el cuento Rip van Winkle, de Washington Irving.
Los elfos en la Navidad
La tradición navideña moderna no deja de lado a los elfos o a los duendes. Es sabido que en el mito un gran séquito de duendes trabaja durante todo el año en el taller de Santa Claus en el Polo Norte, fabricando juguetes y ayudándolo a prepararse para su viaje por todo el mundo a los hogares en Nochebuena.
Incluso, el mismo Santa Claus es descrito como «un elfo alegre y correcto» en el poema clásico «Cuento de Noche Buenas», de Clement Clark Moore en 1823.
La imagen de los elfos en el taller de Santa fue popularizada en revistas de mediados del siglo XIX. En 1857, Harper’s Weekly publicó un poema titulado Las maravillas de Santa Claus, que incluía las líneas:
«En su casa en la cima de una colina, y casi fuera de la vista, él tiene muchos elfos en el trabajo, todos trabajando con todas sus fuerzas… Para hacer un millón de cosas bonitas, tortas, ciruelas y juguetes, para llenar las medias, colgadas, tú sabes… por las niñas y los niños».
Las maravillas de Santa Claus.-
La idea de que Santa supervise una fuerza de trabajo de elfos fabricando juguetes contribuyó a la visión romántica del capitalismo estadounidense; obviamente criticada por los comunistas, por representar una imagen donde “Santa reina sin oposición sobre un vasto imperio, como un capitán de la industria, con elfos generalmente anónimos representando a los trabajadores inmigrantes, también en gran parte anónimos”; esto de acuerdo con el autor Penne L. Restad en el libro Navidad en América: una historia.
La superstición en Islandia
En siglos pasados, la creencia en la existencia de hadas y duendes era común entre adultos y niños. La creencia todavía es muy fuerte en países como Islandia. Las creencias sobrenaturales son tan fuertes allí que muchos proyectos de construcción de carreteras se han retrasado o desviado para evitar molestar “los hogares de los elfos” o Huldufólk (como se llaman en la mitología islandesa); igualmente, algunos proyectos se detienen por los mismos residentes que tratan de proteger a los elfos.
Según información publicada en The Vintage News; a fines de la década de 1930, comenzó la construcción de una carretera cerca de Álfhóll, o Elf Hill, la residencia elfa más famosa de la ciudad de Kópavogur. La construcción estaba lista para llevar el camino a través de Álfhóll, que esencialmente habría destruido la casa de los elfos.
Al principio, la construcción se retrasó debido a problemas de dinero, pero cuando el trabajo finalmente comenzó una década después, los trabajadores se encontraron con todo tipo de problemas, desde maquinaria rota hasta herramientas perdidas. El camino fue redirigido alrededor de la colina, en lugar de atravesarlo.
Las leyes islandesas se escribieron en 2012 y estipulaban que todos los lugares con fama de mágicos o que están relacionados con cuentos populares, costumbres o creencias nacionales deberían estar protegidos por su patrimonio cultural.
En la actualidad
Con el paso de los años, y a través de las diferentes culturas, surgió un elfo con una naturaleza y una forma diferente de los duendes traviesos y diminutos de antaño. Algunos elfos, como los representados en la trilogía de Tolkien El Señor de los Anillos, son delgados, de tamaño humano y hermosos, con rasgos finos, casi angelicales.
Los personajes de Tolkien se basaron principalmente en su investigación sobre el folclore escandinavo, y por lo tanto no es sorprendente que sus elfos sean altos y rubios. Aunque pueden renunciar a su aparente inmortalidad, se dice que estos elfos viven cientos de años. También se han convertido en un elemento básico de la ficción en la fantasía actual.
Los elfos están fuertemente asociados con la magia y la naturaleza. Al igual que con las hadas, se dice que roban en secreto a bebés humanos sanos y los reemplazan con los de su propia especie. A primera vista, estos mutantes parecían ser bebés humanos, pero si se enfermaban o eran temperamentales, los padres a veces sospechaban que su propio hijo había sido secuestrado por los elfos. Incluso hubo leyendas que instruían a los padres sobre cómo recuperar a su hijo real de sus abductores elfos.
Cada generación parece tener su propio uso para los elfos en sus historias. Así como los leprechauns (criaturas que pertenecen al folclore y a la mitología irlandesa) se han asociado históricamente con un tipo de trabajo (zapatería), tal vez no sea sorprendente que muchas imágenes comunes (y comerciales) de elfos los describan como trabajadores dedicados, como los elfos de Santa Claus; muy diferentes a como los aborda Tolkien en su obra o J. K. Rowling en sus libros de Harry Potter.
Con información de: livescience / nytimes / tolkiensociety / history
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Autor:
Edward Vera
