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Liberación y esperanza: una charla con el padre Dylan sobre 'El conjuro 4: Últimos ritos'

Liberación y esperanza: una charla con el padre Dylan sobre ‘El conjuro 4: Últimos ritos’

El padre Dylan Littlefield nos da una perspectiva única sobre el horror, la fe y el cierre de la saga icónica saga de «El conjuro».

El universo de El conjuro es una franquicia de terror que ha recaudado más de 2.000 millones de dólares en taquilla y nos ha mantenido al borde del asiento con historias basadas en casos reales de los investigadores paranormales Ed y Lorraine Warren.

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Con el estreno de El conjuro 4: Últimos ritos el 5 de septiembre en cines, me pareció fascinante la idea de conversar con el padre Dylan Littlefield, un sacerdote católico que nos da una perspectiva única sobre el horror, la fe y el cierre de esta saga icónica.

Dirigida por Michael Chaves y producida por James Wan y Peter Safran, esta película no solo promete sustos épicos, sino que toca el corazón familiar de los Warren, enfocándose en su hija Judy. Vamos a sumergirnos en esta conversación, donde el padre Dylan nos recuerda que, en medio del miedo, hay esperanza.

¿Por qué nos fascina el horror? La atracción del público según el padre Dylan

Empecemos por lo básico: ¿qué es lo que nos arrastra a las salas oscuras para ver películas como El conjuro? Le pregunté al padre Dylan Littlefield si cree que es la fascinación por el horror puro o las investigaciones de los Warren lo que más atrae a las audiencias. Su respuesta fue profunda y muy relatable en estos tiempos caóticos. “Creo que muchas familias se sienten atraídas porque es algo muy real, algo tangible”, me dijo. Explicó que en una era llena de oscuridad y estrés, estos filmes ofrecen una oración de liberación, un símbolo de libertad que todos anhelamos.

“Hay mucha oscuridad en el mundo, la vida real es muy estresante para mucha gente ahora mismo, y los exorcismos se convierten en este símbolo de libertad, de liberación del miedo y lo aterrador. Creo que eso es muy poderoso, por eso la gente se siente atraída a películas como esta”.

Padre Dylan Littlefield.-

El conjuro no es solo sustos; es una exploración de lo sobrenatural anclada en hechos reales, como los casos documentados por Ed (Patrick Wilson) y Lorraine (Vera Farmiga). En esta cuarta entrega, vemos a los Warren en 1986, retirados y lidiando con un mundo que los ve como una broma pasada de moda. Pero, como dice Michael Chaves, “el mundo ha cambiado, y en muchos sentidos, se ha movido más allá de ellos”. Es esa tensión entre lo cotidiano y lo paranormal lo que hace que estas películas resuenen, especialmente con un público joven que busca escapismo con sustancia. Imagínense: familias enteras yendo al cine, gritando juntos y luego debatiendo si los demonios son reales.

Los “últimos ritos”: no son lo que piensas, explica el padre Dylan

El título de la película, El conjuro 4: Últimos ritos, evoca inmediatamente algo místico y final, pero ¿qué son exactamente estos ritos en la tradición católica? Le pedí al padre Dylan que me lo explicara, y su respuesta fue esclarecedora, desmitificando un concepto que muchos malinterpretan. “Los últimos ritos son algo muy incomprendido”, comenzó. “No hay una cosa cohesiva llamada los Últimos Ritos; es una serie de rituales. Si alguien está en su lecho de muerte, recibirá la Sagrada Comunión, tendrán oportunidad de confesión antes, y al final, habrá una unción donde el sacerdote trae aceite santo y dice algunas oraciones muy profundas e importantes para asegurarse de que, mientras la persona deja este mundo, esté espiritualmente preparada para el cielo”.

Lo interesante es cómo el padre enfatizó que estos ritos no se tratan de miedo, sino de esperanza. “En el contexto de la película y de la vida real, esta idea de los últimos ritos es sobre mirar hacia el futuro y no pensar en las cosas que ya han pasado”. La religión, como bien dije en la charla, “es sobre esperanza”, y el padre coincidió: “Sí, y este año estamos en el Jubileo de la Esperanza”. En El conjuro 4, este tema se entrelaza con el caso que ataca el núcleo familiar de los Warren: su hija Judy (Mia Tomlinson), quien crece lidiando con los dones heredados de su madre. Chaves lo describe como “su talón de Aquiles”, y ver cómo los ritos se convierten en un cierre emocional hace que la película sea más que terror; es una reflexión sobre legados y finales. Es el tipo de filme que deja huella, como lo hizo la primera El conjuro en 2013.

El caso Smurl: un cierre circular con los orígenes de los Warren

Una de las sorpresas de El conjuro 4 es que cierra el universo volviendo a uno de los primeros casos de los Warren, el infame caso Smurl, ambientado en los 80 en Pennsylvania. Le pregunté al padre Dylan si conocía este caso antes de la película, y admitió: “En realidad no lo conocía, lo aprendí al enterarme de la película, y fue realmente fascinante”. Me contó que, en la antigua Iglesia, hace cientos de años, los exorcistas a veces eran laicos que trabajaban con sacerdotes o obispos, y que esto era un orden menor que ha caído en desuso, pero surge periódicamente.

El caso Smurl, involucró a una familia aterrorizada por actividad sobrenatural que comenzó de forma inocua –una lámpara cayendo– y escaló a niveles destructivos, afectando tres generaciones. Los Warren, ya retirados, son arrastrados de vuelta, y Judy se convierte en el centro del drama. El padre Dylan ve paralelismos históricos, recordándonos que los exorcismos no son solo ficción; son parte de una tradición real que ofrece libertad.

Pienso que este cierre es poético: empieza con el nacimiento de Judy en una noche terrorífica, cerrando el círculo familiar. James Wan, uno de los productores, lo llama “el final de una era, agridulce”, y Peter Safran agrega que el éxito radica en los Warren como familia. “La gente regresa porque se ha enamorado de Ed y Lorraine”. Si han seguido la saga desde El conjuro hasta spin-offs como La monja o Annabelle, esta es la despedida perfecta, con actuaciones estelares de Wilson y Farmiga, más nuevos talentos como Ben Hardy como Tony Spera, el novio de Judy.

Experiencias reales: del set embrujado a la fe en lo invisible

La charla con el padre Dylan me llevó a reflexionar sobre lo real detrás de lo ficticio. Se supo que Chaves compartió una anécdota escalofriante: durante el rodaje en Inglaterra, vivió en “La antigua vicaría”, una casa embrujada donde oyó voces inexplicables. “Me convertí en un creyente”, confiesa. El padre Dylan, aunque no profundizó en experiencias personales, enfatizó la tangibilidad de estos temas: “Es algo muy real y tangible”.

En nuestra conversación, tocamos cómo El conjuro 4 explora crecer como Warren: Judy lidiando con visiones heredadas. Chaves lo resume: “¿Cómo es crecer a la sombra de tus padres? ¿Y con los dones que has heredado de tu madre?”. Mia Tomlinson captura esa fragilidad, y Hardy añade profundidad a Tony, con escenas que pasan de tensión cómica a revelaciones emotivas.

Un cierre con esperanza: lecciones de fe y cine

Al final de nuestra plática, el padre Dylan dejó claro que estos filmes van más allá del susto: son sobre liberación y esperanza. “No se trata de miedo, sino de mirar hacia el futuro”. En un mundo estresante, El conjuro 4: Últimos ritos nos recuerda que, como los Warren, podemos enfrentar lo oscuro con fe.

Es el cierre ideal para una franquicia que ha definido el horror moderno, con guiños a los 80 como referencias a Los Cazafantasmas. ¿Listos para el último rito? ¡No se la pierdan! Comenten abajo: ¿cuál es su película favorita de la saga?

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