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Lettering, el arte de la caligrafía para conseguir palabras bonitas

Lettering, el arte de la caligrafía para conseguir palabras bonitas

Desde hace unos años, el lettering se ha vuelto cada vez más popular, lo con el paso del tiempo seguirá formando parte de un arte que se ha ido perdiendo por las tecnologías, como es la caligrafía. Esta forma de conseguir que las letras formen palabras bonitas, no solo por la que se elige sino por el estilo que se escoge para hacerlo, es todo un arte que, al haberse perdido el escribir a mano, se ha recuperado en forma de diseño.

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El lettering, un arte en auge pero desconocido

Podemos definir el lettering como el «arte de dibujar letras». Y da igual que sean palabras normales o palabras bonitas, al hacerlas, bien a mano, bien a ordenador (ya que también se puede hacer), se consigue una combinación de letras diseñadas de una determinada forma que hace que parezcan escritas a mano, o decoradas de una manera que en sí mismas son palabras y obras de arte.

Si bien el lettering original se llevaba a cabo a través de lápices, grafitos o pinceles, cada vez es más habitual utilizar los programar de edición de imagen para crear estos diseños de artes.

El objetivo de esta técnica no es otro que el de dar significado a una palabra o diseño. Y es que esa palabra se puede hacer más viva, divertida, triste o tranquila dependiendo de cómo se adorne. En otras palabras, se consigue dar personalidad a una palabra que leída no diría nada.

Los tres tipos de lettering para conseguir palabras bonitas

Este bello arte no solo se puede hacer de una determinada forma, sino que hay tres tipos de lettering. Cada uno de ellos tiene como punto en común el usar la caligrafía como punto central. Pero dependiendo de un tipo u otro se busca conseguir un efecto diferente.

Por ejemplo, el hand lettering, como su nombre indica, sería el arte de dibujar las letras a mano. En este caso cada palabra que se forma se hace pensando letra por letra, diseñándola de manera personalizada para esa palabra concreta para que encaje en la composición final.

En otras palabras, hablamos de una forma de crear un cuadro o un diseño donde esas letras son los «personajes» principales de la obra.

Por otro lado, tenemos el brush lettering, que busca simular la caligrafía a través de la presión (o no) de los trazos y de la apariencia de las letras. Si bien este se debería realizar con pinceles, cada vez es más habitual que este -denominado lettering moderno- use la tecnología.

Por último, está el chalk lettering, un arte en el que se necesita una pizarra donde crear una frase, no tanto palabras. Difiriere de las anteriores en lo intrincado que es el resultado final, a veces incluso perdiendo protagonismo la palabra por el conjunto en sí.

Palabras bonitas, palabras poderosas

Vive, ama, lucha, sonríe… Todas esas palabras hacen que evoquen reacciones a la mente. Permiten dar fuerza a una persona o crear un sentimiento positivo, o negativo, en quien las escucha.

Sin embargo, en sí mismas, escritas, no son tan poderosas. Salvo cuando la caligrafía y el arte del lettering se unen. El escribir de una determinada manera cada una de las letras que forman parte de la palabra permite que se cree un conjunto donde se representa a través de giros, curvas, tirabuzones, etc. el sentido de la palabra.

Esto hace que sean obras en sí mismas, donde no necesitan de otro tipo de recursos artísticos para potenciar el significado de la palabra, sino que es la misma la que genera eso.

Por ejemplo, en el caso de vida, cada una de las letras pueden terminar de una forma delicada formando elementos vivos, como pueden ser plantas, animales, personas, etc. de tal forma que la propia palabra ya representa lo que significa y le da sentido a todo el resultado.

Las ventajas del lettering

No cabe duda que el lettering vuelve a recuperar un arte, la caligrafía. Si bien entre caligrafía y lettering hay una gran diferencia, ya que la caligrafía es el «arte de escribir las letras» y no dibujarlas, como ocurre en el lettering, sí que ambas se compenetran.

Además, el lettering trae consigo una serie de ventajas que lo hacen aún más atractivo: es terapéutico, porque ayuda a expresar aquello que se siente a través de las palabras y de la forma de dibujarlas;  favorece la motricidad, porque ayuda a los músculos, tendones, dedos y mano a moverse; aumenta la creatividad, ya que no se basa en ningún diseño previo sino que se crea desde vero; es un aliado contra el estrés, porque te relaja y siempre es diferente, ya que puede cambiar el estilo según el momento en que se escribe la palabra; aumenta la autoestima, al verse uno capaz de crear un diseño de la nada…

Sin olvidar que el lettering también es una fuente de ingresos en el diseño gráfico, sector en el que más se ha potenciado este tipo de arte con las palabras.

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