Hitler, esperando aislar y degradar a los judíos de Dinamarca, como había hecho en todas partes, ordenó que todos ellos utilizaran un brazalete identificado con la Estrella de David. Sin embargo, su plan se vio frustrado cuando, a las pocas horas de ponerse en vigor la orden, ciudadanos daneses de todas las religiones salieron a la calle portando el brazalete. El rey Cristian X (1870-1947), que también lo llevó, llegó a decir públicamente: «Yo soy el primer judío de mi país».
En ese mismo clima de hostilidad y resistencia pasiva a las fuerzas de cocupación alemanas, en septiembre de 1944, los nazis decretaron la detención inmediata de todos los miembros de la policía danesa, acusada de boicotear la política nazi de ocupación y de no perseguir los sabotajes civiles. Todos los policías daneses fueron inmediatamente deportados a campos de concentración en suelo alemán.
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