Menú
La Sustancia: Reflexiones sobre la belleza y el autocastigo en la era moderna

La Sustancia: Reflexiones sobre la belleza y el autocastigo en la era moderna

«La Sustancia» se suma a una creciente lista de películas que invitan al diálogo sobre temas de género, identidad y autopercepción.

En el marco del estreno de La Sustancia, un drama psicológico que desmenuza los cánones de la belleza y el perfeccionismo en la sociedad contemporánea, tuve la oportunidad de conversar con dos de sus protagonistas, Demi Moore y Margaret Qualley. La película, dirigida por Coralie Fargeat, conocida por su mirada incisiva en temas de género y cuerpo, no es solo un filme; es una experiencia cinematográfica que invita al espectador a examinarse a sí mismo.

CULTURIZANDO EN WHASTAPP

Un guión provocador

La conversación con Demi Moore arrancó en torno al impacto del guión. La actriz, que lleva décadas siendo un referente en Hollywood, destacó que el personaje que interpreta en La Sustancia fue una oportunidad única.

«Era un personaje tan rico y complejo, que puedo decir que no había visto algo así antes. Exploraba no solo el tema del envejecimiento, sino también esa violencia interna que ejercemos contra nosotros mismos. Me asustaba lo suficiente como para saber que me sacaría de mi zona de confort», reflexiona Moore.

La narrativa de La Sustancia no solo desafía los estándares de belleza, sino que también profundiza en los juicios internos que las personas desarrollan a lo largo de sus vidas. Para Moore, el filme no trata simplemente de cómo el mundo nos mira, sino de cómo nos miramos a nosotros mismos, un concepto que resonó profundamente en su experiencia personal durante el rodaje.

Por su parte, Margaret Qualley compartió que su proceso de preparación para interpretar a Sue, un personaje atrapado entre la búsqueda de perfección y su propia humanidad, fue tanto físico como emocional.

«Me enfoqué mucho en la fisicalidad de Sue, en cómo se movería una persona que no lleva consigo el peso de las experiencias pasadas. Hice mucho yoga para intentar moverme por el mundo como alguien que no carga dolor en su cuerpo», explicó Qualley.

La dedicación de ambas actrices a sus personajes, aunque distinta, compartía un enfoque común: la inmersión total. Moore y Qualley coincidieron en que su trabajo previo al rodaje era esencial para plasmar la profundidad de la historia, algo que se refleja en la fluidez y la química palpable en pantalla.

Uno de los aspectos más fascinantes de La Sustancia es su abordaje de los estándares de belleza, un tema que ambas actrices discutieron con sinceridad. Moore describió cómo la película le permitió reflexionar sobre las normas implícitas de Hollywood y la sociedad.

«Creo que estas normas, en gran medida, son acuerdos silenciosos. Como mujeres, muchas veces hemos aceptado la idea de que envejecer significa volverse menos deseable o menos valiosa. Pero lo que realmente me impactó fue darme cuenta de cómo yo misma me imponía esos estándares».

Moore, quien ha sido un ícono de belleza y talento durante décadas, compartió que el filme le dio la oportunidad de desafiar esas narrativas internas, aprendiendo a enfocarse en celebrar lo que es, en lugar de lamentar lo que no es.

Qualley, por su parte, habló desde una perspectiva generacional diferente, destacando cómo ha evolucionado el discurso sobre el cuerpo y la perfección.

«Crecí como bailarina, luego modelé y, más tarde, comencé a actuar. Cada paso de ese camino vino con una presión inmensa para alcanzar un ideal de perfección. Creo que estoy viviendo en una época donde muchos de esos estándares están siendo cuestionados, y me siento afortunada por ello».

La experiencia en el set

El rodaje de La Sustancia fue un proceso exigente y transformador para ambas actrices. Qualley recordó la intensidad de trabajar en escenas que requerían precisión absoluta, como la secuencia de baile y una escena crucial en un programa de entrevistas dentro de la película.

«A menudo filmábamos un octavo de página al día. Era lento, minucioso, pero eso también significaba que podías sumergirte completamente en cada momento. Cuando podíamos filmar varias páginas seguidas, era emocionante porque sentías que podías correr con la escena».

Moore también destacó la conexión emocional que desarrolló con Qualley durante el rodaje, describiéndola como una de las partes más gratificantes de la experiencia.

«Uno de los momentos más gratificantes fue cuando Margaret y yo compartimos escenas donde estábamos ambas completamente conscientes del peso emocional que llevábamos. Fue un privilegio trabajar con ella».

Un mensaje que trasciende

Más allá de ser una experiencia personal transformadora para las actrices, La Sustancia tiene el potencial de generar un impacto cultural. Moore compartió una anécdota conmovedora sobre un espectador que, tras ver la película, le confesó haber cambiado la forma en que se veía a sí mismo.

«Ese fue el mayor regalo que pude recibir de esta experiencia. Saber que la película realmente marcó una diferencia en la forma en que alguien se percibe a sí mismo», dijo emocionada.

Para Qualley, la película no sólo explora el perfeccionismo, sino que también lo humaniza, mostrando cómo este afecta tanto a mujeres como a hombres.

«Creo que la película aborda estos temas de una manera elegante y fantástica que los hace emocionantes y, al mismo tiempo, increíblemente relevantes».

Reflexiones finales

La Sustancia no es solo un filme, sino un espejo que refleja una verdad universal: las heridas más profundas a menudo las infligimos nosotros mismos. Moore lo expresó de manera contundente:

«El cambio comienza dentro de nosotros mismos. Una vez que dejamos de buscar validación externa y nos enfocamos en nuestro interior, nuestra experiencia del mundo cambia».

Mientras el cine continúa explorando las complejidades de la humanidad, películas como La Sustancia se posicionan como un recordatorio de que el arte no solo debe entretener, sino también desafiar e inspirar. Demi Moore y Margaret Qualley, con actuaciones comprometidas y reflexiones profundas, han logrado crear una obra que seguramente ha dejado una huella en el espectador y en la cultura cinematográfica de este año.

Con su estreno, La Sustancia se suma a una creciente lista de películas que invitan al diálogo sobre temas de género, identidad y autopercepción, creando mucha conversación en un momento en el que la autenticidad y la autoaceptación son más necesarias que nunca.

--

--


Lo que más gusta

Lo más destacado