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La Revolución Mexicana: ¿Qué sucedió el 20 de noviembre de 1910?

La Revolución Mexicana: ¿Qué sucedió el 20 de noviembre de 1910?

El 20 de noviembre de 1910 cambió para siempre el destino de México. Te contamos qué pasó esa noche, quiénes fueron los líderes revolucionarios, cuáles eran sus objetivos y cómo este conflicto armado transformó al país. Conoce la historia completa de la Revolución Mexicana: causas, personajes, acontecimientos y consecuencias.

La noche que México se levantó en armas

El 20 de noviembre de 1910, a las seis de la tarde, comenzó el conflicto armado más importante de la historia mexicana moderna. Esa noche, miles de mexicanos atendieron el llamado a las armas convocado por Francisco I. Madero en el Plan de San Luis, iniciando un levantamiento contra la dictadura de Porfirio Díaz que se había prolongado por treinta y cuatro años. La verdad es que nadie imaginaba que esa insurrección se convertiría en una guerra que duraría años y transformaría radicalmente las estructuras políticas y sociales de México.​

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Pero, ¿Qué fue exactamente la Revolución Mexicana? Fue un conflicto armado que se extendió oficialmente desde 1910 hasta 1917, aunque algunos historiadores sostienen que continuó hasta 1920 con el asesinato de Venustiano Carranza. El hecho es que lo que comenzó como una lucha contra la perpetuación de Díaz en el poder se transformó en una guerra civil entre distintas facciones revolucionarias que, aunque compartían la idea de un cambio político y social, defendían intereses completamente diferentes.

Las causas que nadie quiso ver

Durante más de tres décadas, Porfirio Díaz gobernó México con mano de hierro bajo el lema de «poca política y mucha administración». Su régimen, conocido como el Porfiriato, trajo crecimiento económico y desarrollo de infraestructura, pero a un costo humano terrible. La riqueza se concentraba en unas cuantas manos —principalmente extranjeras— mientras millones de campesinos y obreros vivían en condiciones de miseria. Además, no existía libertad política: Díaz imponía gobernadores, alcaldes y líderes en todos los niveles, negando al pueblo el derecho básico de elegir a sus representantes.​

Las causas principales de la Revolución Mexicana fueron múltiples y profundas:

  • La crisis del Porfiriato: un régimen dictatorial que se negaba a ceder el poder y reprimía cualquier forma de oposición política.
  • Desigualdad social extrema: especialmente en el campo, donde hacendados y terratenientes despojaban a comunidades indígenas de sus tierras ancestrales.
  • Falta de libertades políticas: elecciones fraudulentas, imposición de autoridades y ausencia total de democracia.
  • Explotación laboral: obreros y trabajadores sometidos a jornadas extenuantes sin derechos ni protección alguna.

En 1910, cuando Díaz convocó a elecciones presidenciales prometiendo un proceso democrático, muchos creyeron que las cosas podrían cambiar. Francisco I. Madero se presentó como candidato opositor con un mensaje peligrosamente simple: sufragio efectivo, no reelección. Sin embargo, Díaz lo encarceló bajo cargos falsos y se declaró ganador en unos comicios completamente fraudulentos. Esa traición a la promesa democrática fue la gota que derramó el vaso.

¿Quiénes fueron los líderes de la Revolución Mexicana?

La Revolución Mexicana tuvo múltiples protagonistas, cada uno con visiones diferentes sobre el futuro del país. Los cinco personajes principales que marcaron el rumbo del conflicto fueron:

Francisco I. Madero: el idealista que lo inició todo

Madero era un hacendado del norte, educado y visionario, que creyó en la posibilidad de un cambio democrático. Fue él quien proclamó el Plan de San Luis el 5 de octubre de 1910, convocando al pueblo mexicano a levantarse en armas el 20 de noviembre. El plan declaraba nulas las elecciones, desconocía a Díaz como presidente legítimo y nombraba a Madero como presidente provisional y «Jefe de la Revolución». En cierto sentido, Madero fue el líder inicial del movimiento revolucionario, el hombre que encendió la mecha.

Emiliano Zapata: el caudillo del sur

Zapata representaba los anhelos campesinos del sur de México, especialmente de Morelos. Su lema «Tierra y Libertad» resumía perfectamente su objetivo principal: devolver las tierras robadas a las comunidades indígenas y campesinas. Cuando Madero asumió la presidencia y vaciló en implementar la reforma agraria, Zapata lo consideró un traidor y proclamó el Plan de Ayala el 28 de noviembre de 1911, continuando la lucha revolucionaria. Para Zapata, la Revolución no tenía sentido sin justicia agraria.

Francisco Villa: el guerrillero del norte

También conocido como Pancho Villa, este líder militar del norte de México comandó la legendaria División del Norte, uno de los ejércitos revolucionarios más poderosos. Villa era un estratega militar brillante que, junto a Pascual Orozco, logró victorias decisivas contra las tropas federales. Representaba los intereses de los rancheros y pequeños propietarios del norte, y compartía con Zapata la demanda de reformas sociales profundas.

Venustiano Carranza: el constitucionalista

Carranza era un político experimentado y gobernador de Coahuila que se unió inicialmente a Madero. Después del asesinato de Madero en 1913, proclamó el Plan de Guadalupe, desconociendo al gobierno traidor de Victoriano Huerta y nombrándose a sí mismo «Primer Jefe del Ejército Constitucionalista». A diferencia de Villa y Zapata, Carranza proponía cambios políticos por medio de una nueva Constitución, lo que eventualmente se materializó en la Constitución de 1917.

Álvaro Obregón: el caudillo invicto

Obregón era un militar sonorense que se convirtió en pieza clave del bando constitucionalista. Conocido como el «Caudillo invicto de la revolución», Obregón era un estratega militar excepcional que derrotó a las fuerzas villistas en batallas decisivas. Aunque inicialmente apoyó a Carranza, eventualmente se separó de él y asumió la presidencia en 1920, consolidando muchas de las reformas revolucionarias.

¿Cuál era el objetivo de la Revolución Mexicana?

Los objetivos de la Revolución fueron evolucionando a medida que avanzaba el conflicto. Inicialmente, el Plan de San Luis de Madero buscaba principalmente terminar con la dictadura de Díaz y establecer un gobierno democrático con sufragio efectivo y no reelección. Además, el plan insistía en reivindicaciones de carácter social para indígenas y obreros, prometiendo revisar las injusticias cometidas en el despojo de tierras.

Sin embargo, a medida que el conflicto se extendió, los objetivos se multiplicaron y diversificaron:

  • Reforma agraria: especialmente defendida por Zapata y Villa, buscaba devolver las tierras a campesinos e indígenas despojados.
  • Justicia laboral: derechos para obreros y trabajadores, incluyendo jornada laboral de ocho horas, salario mínimo y derecho a huelga.
  • Nueva Constitución: objetivo principal de Carranza, que buscaba ordenar al país mediante un nuevo marco legal.
  • Educación pública: acceso universal a la educación laica y gratuita.

Los acontecimientos que marcaron la historia

El primer enfrentamiento armado ocurrió el 21 de noviembre de 1910 en Ciudad Guerrero, Chihuahua, donde las huestes de Pascual Orozco se enfrentaron contra el tercer regimiento de caballería federal. Para finales de ese mes, la lucha se había extendido a siete estados de la república. Los combates fueron brutales: en el cañón Mal Paso, revolucionarios y federales lucharon durante seis horas antes de que los maderistas tuvieran que retirarse.

En mayo de 1911, Madero reorganizó sus fuerzas y decidió atacar Ciudad Juárez, la estratégica ciudad fronteriza. El 10 de mayo, las tropas revolucionarias de Orozco y Villa capturaron la plaza, obligando al general Navarro a capitular. Esta victoria fue mortal para el régimen: el 17 de mayo se firmó un armisticio y días después un tratado de paz que puso fin a la revolución maderista. Díaz renunció y se exilió en Francia, terminando así el Porfiriato.

Pero la paz duró poco. En febrero de 1913, el general Victoriano Huerta orquestó un golpe de Estado conocido como la Decena Trágica, que culminó con el asesinato de Madero y del vicepresidente Pino Suárez. Este crimen provocó nuevos levantamientos: Carranza proclamó el Plan de Guadalupe y, junto a Obregón, Villa y Zapata, reinició la lucha contra el usurpador.​

Entre 1914 y 1920, México vivió la etapa más violenta del conflicto, con enfrentamientos entre los propios bandos revolucionarios. El bando Constitucionalista, liderado por Carranza y Obregón, se enfrentó al bando Convencionista de Villa y Zapata. Finalmente, Carranza logró consolidarse en el poder y promulgó la Constitución de 1917.​

¿Cuándo terminó la Revolución Mexicana?

Existe consenso histórico en que la Revolución Mexicana terminó oficialmente el 5 de febrero de 1917 con la promulgación de la Constitución. Sin embargo, algunos historiadores sostienen que el conflicto continuó hasta el 1 de diciembre de 1924 con la presidencia de Plutarco Elías Calles, o incluso hasta el 17 de julio de 1928 con el asesinato del presidente reelecto Álvaro Obregón.

El 20 de mayo de 1920, Carranza fue asesinado mientras huía hacia Veracruz. Obregón fue elegido presidente el 26 de octubre de 1920 y tomó posesión el 30 de noviembre de ese año. Durante su gobierno, Obregón consolidó muchas de las reformas revolucionarias, implementó la reforma agraria, creó la Confederación Nacional Obrera Mexicana (CROM) y benefició a las clases más pobres.

Las consecuencias que transformaron a México

Las consecuencias de la Revolución Mexicana fueron profundas y duraderas:

  • Más de un millón de muertos: el costo humano fue devastador, con familias enteras destruidas y comunidades arrasadas.
  • Fin del Porfiriato: se terminó definitivamente con el régimen dictatorial de Díaz y se estableció el principio de no reelección.
  • Constitución de 1917: un documento revolucionario que reconoció derechos laborales, estableció la educación laica y gratuita, y otorgó al Estado la facultad de expropiar tierras y recursos naturales.
  • Reforma agraria: aunque tardó décadas en materializarse completamente, inició el proceso de redistribución de tierras a campesinos e indígenas.​
  • Transformación social: las clases medias accedieron al poder político, y se impulsó un sentido de identidad nacional a través del arte y la cultura.

La Constitución de 1917 fue particularmente revolucionaria: el artículo 3 estableció la educación pública, laica y gratuita; el artículo 27 transformó la propiedad agraria y otorgó al Estado el control de recursos naturales como el petróleo; y el artículo 123 consagró los derechos de los trabajadores, incluyendo jornada laboral de ocho horas, salario mínimo, derecho a huelga y protección a mujeres y menores.​

El legado de una revolución inconclusa

Hoy, más de un siglo después del 20 de noviembre de 1910, la Revolución Mexicana sigue siendo el acontecimiento político y social más importante del siglo XX en México. Cada año, los mexicanos conmemoran esa noche cuando miles de hombres y mujeres decidieron que treinta y cuatro años de dictadura eran suficientes.

La Revolución transformó radicalmente al país, pero muchos de sus ideales tardaron décadas en materializarse, y algunos nunca se cumplieron del todo. Ese legado contradictorio, esa mezcla de triunfos y fracasos, de sangre y esperanza, sigue definiendo la identidad de México hasta nuestros días.

Al final, la Revolución Mexicana nos recuerda algo esencial: que cuando un pueblo decide levantarse, ningún régimen es eterno.

​Con información de: Wikipedia / Edomex / BBC / NatGeo / GobMX

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