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La Regla 21/90: Seinfeld y el secreto de los hábitos que muy pocos conocen para convertirlos en un estilo de vida

La Regla 21/90: Seinfeld y el secreto de los hábitos que muy pocos conocen para convertirlos en un estilo de vida

Por Daniel Colombo / Posiblemente has escuchado que hacen falta 21 días para cambiar un hábito, y te preguntarás de dónde surgió esa teoría tan cuestionada en diferentes ámbitos.

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Pues bien: fue en la década de 1950 y la postuló el cirujano plástico Maxwell Maltz, de la Universidad de Columbia, quien observó un patrón de comportamiento que reiteraban sus pacientes al modificarles algún rasgo del rostro: la mayoría tardaban tres semanas en acostumbrarse a su nuevo aspecto.

En su libro “La psico-cibernética” sentó las bases de sus investigaciones enfocadas en el autoconocimiento y la capacidad potencial que tenemos las personas para mejorarse a sí mismas.

“El ser humano actúa, siente y se desenvuelve siempre de acuerdo con lo que él imagina que es verdad acerca de sí mismo y acerca del medio ambiente que le rodea”, afirma, porque “Actuamos y sentimos no de acuerdo a la realidad, sino a la imagen que nos hemos formado de ella. Los hábitos, sean buenos o malos, se forman de éste mismo modo.”

Cuando se lo ha consultado sobre el por qué de los 21 días consecutivos de práctica, sostiene que es el tiempo que la persona necesita para asociar su cambio con algo perceptible, con el fin de que la persona se dé la oportunidad de comprobar o negar la validez sustentada en los hechos concretos.

  • El método de 21 días para cambiar un hábito

El método de Maltz se puede resumir en algunas fases sencillas, a seguir en cierto orden para lograr el cambio de hábito que se busca: estudiar, practicar y experimentar lo nuevo.

Para alcanzar ese objetivo es necesario crear una autoimagen interior adecuada y realista, impulsada por un mecanismo creador que le permitirá concretarla.

Una forma de ver los hábitos es observarlos como la ropa que usamos las personas para vestir nuestra personalidad. No nos ponemos nada por accidente ni circunstancialmente, sino que, consciente o inconscientemente, se acomoda la vestimenta a nuestra personalidad y estilo del momento, y, por lo tanto, componen la autoimagen.

Aquí van cuatro pasos que ayudan a incorporar hábitos:

Primero: Construir un cuadro mental creativo, a través de la imaginación, para visualizar ese nuevo estado deseado. El médico sugiere que hay que experimentarlo lúdicamente, jugar, combinar y experimentar nuevas estructuras que creen otras formas de reacciones automáticas, no las que la persona usa habitualmente.

Esto llevará a deconstruir sesgos mentales automáticos, y a abrir posibilidades de incorporar lo nuevo que anhela.

“El mejor medio para interrumpir hábitos que ya no quieres, es forjarte una imagen mental del deseo y del resultado al que aspiras, y practicar para alcanzar esa meta”, indica el doctor Knight Dunlap, experto en erradicación de hábitos y mencionado en el libro de Maltz.

Segundo: Debes tener total claridad del objetivo que quieres alcanzar. Además de decirlo en palabras, hay que imaginarlo como si ya fuese real, y sentirlo tan vívidamente que el deseo de lograrlo resulte imparable.

Tercero: Abandonar las sugestiones negativas. El entorno y los propios pensamientos crean sugestiones contraproducentes para cambiar los hábitos, que conllevan, necesariamente, nuevas conductas en línea con sus objetivos a alcanzar.

Pensar en resultados agradables, en el estímulo de haberlo logrado y en la satisfacción de incorporarlo sostenidamente en la vida, hará que se puedan ir dejando de lado la dominación de las circunstancias opuestas.

Cuarto: Llevarlo a la práctica continuamente. Si cualquier persona desea incorporar un hábito, necesitará superar cualquier condicionamiento que la limite. Por ejemplo, hacer que su autoimagen sea totalmente concordante con lo que desea lograr, al menos al principio en el terreno de la imaginación, en forma sostenida hasta verla realizada.

“La imagen que las personas tienen de sí mismas y los hábitos que han creado, guardan estrecha relación entre sí. Al cambiar la imagen, seguramente cambiarán los hábitos”, comparte Meltz.

Este punto consiste en trabajar en el nivel subconsciente de tu mente, que es el espacio donde se le da significado a las emociones y a los sentimientos. Cualquier experiencia se genera en este espacio, que luego trasladas a tu mente consciente, desde donde la concretas en forma de pensamientos, ideas y acciones.

  • Los hábitos y los 90 días de Seinfeld

La rutina de la repetición es clave para que se active la motivación y el centro de recompensa del cerebro, que es el gran activador de estímulos y de la energía necesaria para persistir.

Siempre que estemos entusiasmados por un deseo y que repitamos una conducta determinada que asociamos con una recompensa, se creará un hábito.

Aunque quizás no sea en 21 días, pero tampoco lleva un tiempo infinito, según afirma un estudio de la Universidad de Londres, que revisó patrones de cambio de hábitos en diferentes personas, y se dio en un plazo muy variable, de los 18 a los 254 días; aunque la mayoría de las personas lo consiguen a los 66 días. La diferencia en tiempo depende de lo complejo que sea el hábito por incorporar.

Y quien sabe de esto es Jerry Seinfeld, uno de los comediantes más conocidos de todos los tiempos, y a la vez, multimillonario -como dato de color, sólo en 1998 ganó 267 millones de dólares (sí, en un año)-

¿Cómo lo logró? ¿Cuál es el secreto para mantenerse vigente y que sus programas de repitan en streaming y en televisión y sean vistos con el mismo interés del primer día?

El show que lleva su apellido, del que es co-creador y co-guionista, y toda su carrera, tiene un nivel de coherencia y consistencia pocas veces visto en el mundo del entretenimiento.

Aquí aparece la estrategia Seinfeld que sirve para reforzar el valor de los hábitos y sostenerlos en el tiempo.

Cierta noche, un cómico joven llamado Brad Isaac se acercó al club donde actuaba Jerry Seinfeld y le pidió unos consejos profesionales, a lo que el rey internacional del stand up le dijo que la clave era crear mejores chistes cada día; y que la única forma de lograrlo era escribir todos los días.

Aquí tienes el Método Seinfeld para que tú también lo pongas en práctica:

  1. Compra un calendario grande, de pared, donde visualices el año entero.
  2. Pégalo en una pared gigante que no puedas dejar de mirar cada día.
  3. Consigue un rotulador rojo.
  4. Cuando te sientas a escribir, pones una gran X roja sobre el día en el calendario.
  5. Después de varios días tendrás una cadena.
  6. Te va a gustar ver que la cadena se convierte en un cinturón: tu única tarea es no romper esa cadena, esa secuencia.
  7. No te fijes en los resultados, ni en si estás motivado o no: solo sigue.
  8. A los 90 días tendrás un hábito que habrás transformado en un estilo de vida, y será muy difícil de romper. Por lo tanto, continúa así.
  • Cómo superar los 21, 66 o 90 días, y convertirlos en un estilo de vida

La gran clave de la incorporación de hábitos es superar el camino inicial, ya sean 21, 66 o 90 días, según las distintas teorías.

Para esto, deberás dejar de aplazar cosas, tal como hacen los mejores en su campo: en sus objetivos son más esforzados y persistentes que las demás personas.

Una clave importante para convertir tu perseverancia diaria en un estilo de vida es que le quitas la presión y enfoque al resultado: sólo te enfocas en hacerlo en el momento, cada día. Y luego otro, y otro. “No rompas la cadena”, como dice Seinfeld.

Por eso, cualquier hábito que vayas a cambiar siempre hazlo con un objetivo retador, que haga que te superes, que te entusiasme y que, a la vez, sea bastante simple como para resignarlo.

Pronto llegará el tiempo de ir aumentando el nivel de desafío, como cuando agregas peso en la máquina del gimnasio una vez que dominas los pasos iniciales. Pero no pienses en eso hoy mismo: enfócate en lo inmediato.

De allí a la excelencia y a conseguir las metas habrá un solo paso. Sólo haz esas X rojas grandes en tu calendario durante 90 días, y luego continúa otros 90 días, y así sucesivamente.

Cualquiera que sea tu desafío como hábito, este diseño te ayudará a lograrlo mediante la práctica con consistencia y continuidad. Incluso cuando no tengas ganas: ese es el mejor día para reforzar tu espíritu y valentía, que se verá premiado con una enorme satisfacción de que lo estás logrando.

Imagen de portada: Shutterstock

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