Hay quienes afirman que Daniel Defoe, el autor de Robinson Crusoe, se inspiró para crear a este personaje, en la historia real de un español, Pedro Serrano, quien en 1526 naufragó en el Caribe, en un viaje desde La Habana a Cartagena de Indias.
En el naufragio hubo tres supervivientes que, habiendo alcanzado a nado una isla pequeña y desierta, llamada desde entonces Serrana, se alimentaron de pescado y pájaros que podían conseguir. A pesar de todo, uno de los marineros murió en los primeros días de estancia en el banco de arena.
Cuando los dos supervivientes llevaban 3 meses viviendo en el banco de arena, tuvieron la visita de otros dos supervivientes de otro naufragio, que habían llegado hasta la orilla en un pequeño bote. Parece ser que uno de los visitantes se quedó en el banco de arena, mientras que el marinero a las órdenes de Pedro Serrano partió en el bote junto con el segundo visitante para tratar de llegar a Nicaragua y pedir ayuda.
Como nunca más se supo de los que partieron en el bote, Pedro Serrano y su acompañante quedaron totalmente aislados, en la más profunda soledad durante los 8 años siguientes. El banco ni siquiera estaba entonces situado en las cartas marinas.
Como el banco estaba desprovisto de cualquier refugio, los dos náufragos construyeron durante su larga odisea una pequeña torre a base de rocas y corales, que además de refugio contra los vientos reinantes les sirvió para efectuar señales de humo a partir del fuego que encendían de vez en cuando con los restos de naufragios que iban llegando a la playa. Hoy resulta increíble la capacidad de supervivencia de estos dos hombres, que jamás se dieron por vencidos.
Finalmente, en 1534, la tripulación de un galeón que iba a La Habana desde Cartagena de Indias divisó las señales de humo que los náufragos hacían desde su banco de arena. Enviaron un bote para socorrerles, y los llevaron al Galeón.
Tristemente, el compañero de desgracias de Pedro Serrano durante 8 años, falleció al poco tiempo de haber embarcado en el galeón. Ni siquiera llegó a divisar tierra firme después de ser rescatado.
La suerte fue muy distinta para Pedro Serrano, quien consiguió regresar a España para comenzar una nueva vida que le dio fama y dinero y le convirtió en un personaje famoso, no solo en la Corte Española, sino también en el resto de Europa, debido a los muchos viajes que hizo para narrar sus peripecias en las reuniones de la alta sociedad.
Con información de estofa.es | Foto: Shutterstock
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