Estudios realizados con roedores prepúberes, demostraron que éstos evitan que los machos adultos copulen con ellos segregando una feromona a través de sus lágrimas. El descubrimiento supone el primer paso hacia la comprensión de cómo un sistema sensorial, en este caso el olfativo, puede regular el comportamiento social.
La feromona en cuestión es un péptido llamado ESP22, según exponen investigadores de la Universidad de Harvard (EE UU) en el último número de la revista Nature. ESP22 actúa sobre neuronas del sistema límbico que regulan ciertos comportamientos instintivos, especialmente la agresividad y el comportamiento sexual.
De esta forma, los ratones jóvenes sexualmente inmaduros se protegen y evitan que los adultos intenten copular con ellos. Los investigadores aseguran que explorar cómo el sistema olfativo de estos mamíferos gestiona y modula las conductas más apropiadas ayudará a entender también como funciona el cerebro humano.
Fuente: Muy Interesante
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