El 18 de septiembre de 1838, en las aguas del río Guayas, se sumerge por primera vez el «Hipopótamo», el primer submarino construido en América Latina. Su diseñador fue el ecuatoriano José Rodríguez Labandera.
Aquella primera inmersión se realizó frente a una multitud que observó como el buque construido de madera y hierro se sumergía hasta dejar apenas un tubo asomando sobre la superficie. Tras algunos minutos de incertidumbre el «Hipopótamo» surgió del lecho demostrando así la eficacia del diseño.
La falta de comprensión sobre el uso e importancia del ingenio creado por Labandera, lo privaron de fondos y el submarino fue abandonado en la ribera del río, en donde fue deteriorándose hasta desaparecer.
¿Quién fue José Rodríguez Labandera?
Labandera fue un mecánico, teniente de fragata e inventor ecuatoriano. Nació aproximadamente entre 1805 a 1806 en Guayaquil, siendo parte de una familia de escasos recursos. En 1823 ingresó a la Escuela Náutica de la ciudad de Guayaquil, fundada por el General Juan Illingworth Hunt, de la cual fue uno de los primeros alumnos, realizando estudios de matemáticas, física, náutica y mecánica. En 1827 fue Guardamarina de la Escuadra colombiana, donde en 1830 fue ascendido al grado de Teniente de Fragata.
Luego de crear varias máquinas como el piano de cigüeñales, un barquito de marcha automática, ciertos juguetes y animales mecánicos que desplazaban sus miembros con movimientos exactos a los naturales, entre otras cosas, construyó en 1831 una máquina que fundía letras para imprentas, por lo que fue nombrado Administrador de la imprenta Municipal, el 2 de enero de 1832, pero a los diez días renunció para editar su periódico El Patriota, el cual no tuvo buena acogida por lo que al poco tiempo quebró.
Viaja a Perú, donde el 7 de julio de 1837 presentó al gobierno un modelo de embarcación capaz de sumergirse por debajo del agua y derribar naves enemigas, siendo esta la idea del submarino que ya venía planificando a orillas del río Guayas, consiguiendo la autorización oficial de construcción pero sin apoyo financiero, por lo que regresó a Guayaquil donde por medio de varias publicaciones en el periódico El Ecuatoriano del Guayas reunió los fondos necesarios y así, en julio de 1838, terminó de construir dicha embarcación, con una hélice accionada por pedales que en sus uniones fueron forradas de cuero para impedir la entrada del agua y un respiradero de tubo que salía a la superficie sobre el cual se encontraba el asta de la bandera nacional, el casco fue de tablones calafateados e impermeabilizados con betún.
José Rodríguez bautizó a su creación con el nombre de «Hipopótamo» debido a que dicho animal se desplaza hundido en el agua.
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