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El día en que Miguel Ángel envió al infierno al maestro de ceremonias del papa

El día en que Miguel Ángel envió al infierno al maestro de ceremonias del papa

El Juicio Final es un impresionante mural realizado por Michelangelo Buonarroti (mejor conocido como Miguel Ángel) para el ábside de la Capilla Sixtina, en Roma, es una amalgama de figuras que van del horror infernal hasta la plenitud celestial.

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Entre las anécdotas que destacan de esta magnífica obra, está el valor que tuvo Miguel Ángel de retratarse a sí mismo como San Bartolomé, que aparece desollado y se expone en la obra como una piel colgante y vacía.

Pero sin duda la anécdota más relevante en torno a este mural, data del 31 de octubre de 1541, cuando la obra fue descubierta para su contemplación. El hecho de la desnudez de los personajes fue todo un escándalo. Muchos fueron los críticos. Pablo III, el Papa, lo aceptó bastante bien, pero no así Biagio da Cesena, maestro de ceremonias del Papa. Miguel Ángel tuvo el ingenio y la astucia de retratarlo en la obra, ubicándolo en el infierno.

Al verse retratado de tan indigna manera, Da Cesena se quejó ante el Papa. El Papa, que tenía cierto sentido del humor y mejor ánimo que De Cesena, le dijo: “Si el pintor te hubiera colocado en el purgatorio, yo podría ayudarte pidiéndole que te pusiera en otro sitio; pero como te ha arrojado al infierno, no está en mi potestad quitarte de penar, porque allí no hay redención posible”.

Así fue como finalmente, el maestro de ceremonias del Papa, pasó a la historia con orejas de burro y dominado por una serpiente infernal.

Foto: Wikimedia

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