El 28 de diciembre de 1895 George Méliès, pionero de la cinematografía, asistió invitado por los Lumière a la primera representación del Cinematógrafo. Una vez que conoció tan genial invento, decidió comprarles una máquina inmediatamente, pero ellos se negaron a vendérsela. Empeñado en hacerse con el invento, optó por construir su propia máquina cinematográfica.
El 5 de abril de 1896 proyectó las primeras películas en su teatro Robert Houdin; eran pequeñas escenas al aire libre, documentales similares a las de los hermanos Lumière. Su estilo evolucionó rápidamente buscando crear películas parecidas a sus espectáculos de ilusionismo.
Fue pionero en la utilización del truco de sustitución de elementos mediante el parado de la cámara, y también lo fue en la exposición múltiple del negativo (doble sobreimpresión) y los fundidos a negro y desde negro. Invirtió una gran cantidad de dinero para la creación del que se consideró el primer estudio de cine, en el que se utilizaron sistemas mecánicos para ocultar zonas al sol, trampillas y otros mecanismos de puesta en escena.
En 1902 creó la que está considerada su obra capital, Viaje a la luna. En ella la evolución de la continuidad narrativa cinematográfica da un paso de gigante, al montar la secuencia del disparo del cañón que lleva a los astrónomos a la Luna y, a continuación poner en escena un decorado con la cara animada de esta, que va creciendo en travelling inverso y sobre la que acaba aterrizando la nave/bala de cañón clavándose en ella.
Méliès intentó distribuir comercialmente Viaje a la Luna en Estados Unidos, pero técnicos que trabajaban para Thomas Alva Edison lograron hacer copias de la película y las distribuyeron por toda Norteamérica, y a pesar de que fue un éxito, Méliès nunca recibió dinero por su explotación.
Creador de alrededor de quinientas películas, la paulatina transformación de la industria (monopolizada por Edison en Estados Unidos y Pathé en Francia), junto con la llegada de la Primera Guerra Mundial, afectaron a su negocio, que fue declinando sin remedio. En 1913 se retiró de todo contacto con el cine.
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