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La Maquina de Escribir: Fin de una Era

La Maquina de Escribir: Fin de una Era

La siguiente noticia nos trae algo de nostalgia, pues la última fábrica de máquinas de escribir de Godrej and Boyce, en Bombay (India), acaba de cerrar sus puertas por falta de pedidos. “Hasta 2009 producíamos de 10.000 a 12.000 máquinas de escribir al día”, cuentan sus responsables, que ahora sólo tienen unas 200 unidades en stock.

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Sin embargo, a pesar de que existía el rumor de que esto suponía el adiós definitivo a este utensilio (hasta el punto de que «RIP typewriters» se ha convertido en Trending Topic mundial en Twitter), varias compañías en el mundo, incluída Swintec, continúan fabricándolas.
El diseño más común del teclado de las máquinas de escribir, usado también en los teclados de los ordenadores, se denomina «qwerty» (por las primeras letras de la primera fila), o teclado Sholes en honor a su creador: Charles Latham Sholes, quien inventó y patentó la máquina de escribir Sholes un 23 de junio de 1867.
Rememorando un poco, podemos contarles que a diferencia de los primeros teclados, los cuales disponían las teclas en orden alfabético, el teclado «qwerty» distribuye las letras de tal forma que se puedan usar las dos manos para escribir la mayoría de las palabras.
Varias distribuciones radicalmente diferentes, como el teclado Dvorak, han sido propuestas para reducir las ineficiencias percibidas en la QWERTY, pero no han sido capaces de desplazarla: a pesar de las ventajas reivindicadas por sus proponentes, hasta ahora ninguna ha sido adoptada ampliamente.
La máquina de escribir Blickensderfer, con su distribución DHIATENSOR, pudo haber sido el primer intento de optimizar la distribución del teclado en aras de una mayor eficiencia.
En 1873, Remington fabricó el primer modelo industrial de la máquina de escribir y la introdujo en las oficinas haciéndolas muy populares, tanto en las empresas como luego en los hogares.

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