Por Daniel Colombo / Todo el mundo sabe que las habilidades interpersonales son importantes para que las personas tengan éxito en sus funciones y crezcan en la profesión. Pero ¿qué es exactamente una habilidad blanda? ¿Cómo puedes desarrollar las tuyas? Y una pregunta más: ¿Por qué se les llama “blandas” si son tan importantes para el desarrollo laboral actual?
Hay distintos puntos de vista sobre este último aspecto, y no hace demasiado tiempo se empezó a considerar que llamar “blandas” a competencias tan relevantes no les hacía justicia puesto que muchas personas asocian lo blando con lo débil. Nada más lejos de la realidad.
De allí que surgió el concepto de “Power Skills”, habilidades de empoderamiento, que construyen una sumatoria del saber, el hacer, las actitudes, principios y comportamientos que nos hacen mejores que las partes por separado. Su denominación se atribuye al presidente de la Universidad de Dartmouth, Philip Hanlon.
- Los tres tipos de habilidades indispensables para el mundo actual
Con la transformación de los requisitos laborales, para que un perfil sea interesante y relevante es necesario contar con una combinación de:
- Habilidades duras (hard skills): Son las que, por lo general, se obtienen a través de la formación y la actualización permanente. Los expertos en talento señalan que, hoy, constituyen un 50% de lo requerido en cualquier trabajo, entendiendo que siempre es importante la preparación, pero que ya no es suficiente.
- Habilidades blandas (soft skills): Son el conjunto de competencias que permiten trabajar adecuadamente junto a otros, interactuar y lograr resultados.
- Habilidades de empoderamiento (power skills): Resultan de la sumatoria de las blandas, agregándoles la integración con el ser, el hacer y el sentir, en congruencia, al servicio del rol que ocupa cada uno.
- 22 diferencias entre habilidades blandas y de empoderamiento
Como la diferencia entre el segundo y tercer tipo de habilidades puede ser sutil, es conveniente apreciar algunas de las distinciones entre unas y otras.
En términos generales, las blandas se refieren a la competencia propia del hacer, mientras que las power skills se relacionan con el hacer sumado al ser de cada individuo, conformando una perspectiva más completa e integral.
Revisemos a continuación esta lista de veintidós de los requerimientos más buscados actualmente en cualquier empleo, sin importar su rango. En primer lugar verás cada habilidad blanda, y luego, la descripción como power skill:
1 – Habilidad blanda: Aptitud y actitud para el rol. Se basa en tu preparación y tu forma de encarar la posición que ocupas.
Power Skill: Autoconfianza, seguridad. Son los componentes del ser que te permitirán ejercer la aptitud y actitud.
2 – Trabajo en equipo. Es la manera de integrarte a trabajar junto a otras personas.
Habilidades de líder. Más allá de formar parte de teams cada vez más diversos, hoy se busca la capacidad de autoliderar tu posición, con autonomía y sentido de mejora continua.
3 – Hablar en público. Se trata de expresar las ideas dentro y fuera del trabajo, sin temores y de una manera ágil y adaptada al interés de la gente.
Claridad conceptual. Es saber comunicar los mensajes claves de tu rol en todo momento y lugar, en forma ordenada, clara, concisa y atractiva.
4 – Resolver conflictos. Los trabajos requieren que cada persona, sin importar el rol, sepa dirimir situaciones tensas y buscar soluciones satisfactorias para cada parte involucrada.
Mentalidad flexible. Los conflictos sólo se resuelven teniendo una mentalidad abierta, capaz de diseñar pensamientos, ideas y alternativas novedosas permanentemente.
5 – Creatividad. Es la capacidad de tener inventiva para aplicarla en cualquier aspecto del trabajo.
Innovación. Es un rango superior por el que, además del acto creativo, se generan soluciones y propuestas diferentes a las ya conocidas, y haciendo más eficiente su implementación. Incluye la mejora de lo ya existente y la creación de categorías y formas, convirtiéndolo en novedoso para el segmento o mercado.
6 – Motivación. Tiene dos formas básicas: extrínseca (viene de afuera; por ejemplo, esperar siempre que te feliciten), e intrínseca (del interior; por ejemplo, sostener una actitud positiva frente a un desafío, y reconocerte por tus logros).
Automotivación. Mantener una energía alta y positiva que contribuya al bien común del equipo, con un grado superior de satisfacción personal en lo que se hace. Incluye dejar de estar pendiente exclusivamente del reconocimiento externo.
7 – Colaboración. Disposición a contribuir con los demás para el logro de los resultados del equipo.
Trabajar en red. Saber hacer aportes que agreguen valor permanentemente al equipo, y ser un dínamo de retroalimentación junto a los demás.
8 – Inteligencia Emocional. Identificar, reconocer y gestionar las emociones.
Balance emocional. Además de lo anterior, consiste en mantener el equilibrio aún en situaciones de desafíos, y enfocarse siempre en las soluciones y alternativas.
9 – Ser sociables. Es tener la capacidad de socializar con las personas con el fin de lograr mejores relaciones interpersonales.
Tener llegada a cualquier persona. Consiste en relacionarte con cualquiera sin temor al rechazo; comprender a personas afines e incluso a aquellas muy diferentes a ti. El enfoque está en mantener vínculos saludables y aprender de cada ser humano.
10 – Empatía. La habilidad de saber ponerse en los zapatos de la otra persona.
Entendimiento. Es entender y comprender cómo sienten los demás, para tener un cuadro de situación más completo, y no sesgado al modelo mental propio.
11 – Comunicación efectiva. Saber interactuar eficazmente con las personas, con claridad y precisión.
Comunicación afectiva, concreta y útil. Síntesis. Además de lo anterior, se incluye el componente de cómo hará sentir lo que comunico a las otras personas. Mensajes verbales y no verbales concretos, sintéticos, útiles y foco en los puntos centrales relevantes.
12 – Gestión del tiempo. Es la capacidad de diagramar eficazmente la jornada de trabajo y la vida personal.
Priorizar, delegar, descartar. Se suma el saber priorizar urgente sobre importante; el acto de delegar en forma efectiva, que incluye la confianza en uno y en los demás; y dejar de lado aquello superfluo que no agrega valor en las tareas y roles. Además, analizar los resultados y ejecutar mejoras en forma permanente. También, el dejar de lado la procrastinación.
13 – Organización. Una habilidad fundamental para gestionar todos los aspectos de un mundo cada vez más exigente y complejo en el uso del tiempo y recursos. Incluye el orden, la secuencia, la lógica y hasta la forma de diseñar los espacios de trabajo en forma eficiente.
Crear procesos y flujos altamente efectivos. Aquí se suma la capacidad de pensar e implementar procesos que sean fácilmente aplicables, y que, independientemente de las personas que interactúen, agreguen valor y ahorren tiempo y dinero.
14 – Tomar decisiones. Saber elegir la mejor opción a favor del resultado del proyecto o rol en el que te desempeñas, sin necesidad de estar permanentemente consultando, dentro del marco de delegación pertinente.
Decidir pensando el bien mayor. Llegar a decisiones que apoyen no sólo un buen resultado, sino el mejor “ganar-ganar-ganar” de todas las partes involucradas.
15 – Habilidad para responder. Se basa en tener resolutividad frente a todo tipo de asuntos que se presenten, priorizando y canalizando las mejores alternativas en base al sentido común, el pensamiento crítico y analítico.
Respuesta asertiva y rápida. Esta power skill agrega a lo anterior que sepas dar respuestas asertivas que generen claridad y se enfoquen en la solución de los asuntos, con celeridad, agilidad y sin demoras.
16 – Ética personal y profesional. Pilares basados en tus valores como ser humano y aplicados al desempeño y cómo haces coincidir los tuyos con los de tu función laboral.
Conducta basada en hechos. Adicionalmente, esos pilares se sustentan sólo en el ejemplo, a través de hechos concretos, no en meros enunciados teóricos.
17 – Solucionar. Es tener una mentalidad de facilitar procesos que resuelvan cualquier tipo de cuestiones; esto implica no complicarlas más.
Diseñar e implementar soluciones de raíz. Se suman a lo anterior la capacidad de detectar el foco de los problemas y resolverlos desde la base, para evitar casos similares a futuro.
18 – Ser responsable. Es cumplir a como dé lugar con todos y cada uno de los compromisos asumidos.
Responsabilidad e involucramiento. Es elevar tu capacidad de resolución de temas de tu incumbencia, agregando el involucrarte de una forma decidida y clara, enfocada en la mejora permanente.
19 – Tener iniciativa. En vez de esperar órdenes, proponer soluciones. En vez de observar, actuar. Asumir riesgos y proponer mejoras.
Ser intra-emprendedores. Esta es la actitud que buscan las empresas en la actualidad: mentalidad de emprender internamente, para lograr la máxima eficacia dentro del rol y cómo se articula tu hacer y ser con los equipos y la compañía en general.
20 – Interpretar datos/indicadores. Es la capacidad de analizar información relacionada con tu rol y sector, y prepararla de tal forma que cualquiera pueda procesarla.
Saber qué datos observar. Además de lo anterior, es depurar la información, saber leerla y escoger qué datos son los más significativos para proponer alternativas, mejoras y planes que hagan más eficiente el resultado a través de tu labor. Incluye el pensamiento estratégico.
21 – Saber vender. Poder ofrecer y persuadir cualquier tipo de producto, marca, servicio, proyecto e ideas, en forma interna o externa en tu compañía. Por ejemplo, ‘vender’ un resultado de un informe que preparaste presentado en público ante tus colegas y superiores.
Vender al despertar interés. Se suma el ‘vender sin vender’, cautivar con información relevante para que, luego, el público pueda interesarse en lo que estás compartiendo.
22 – Marca Personal. Es el desarrollo y ejecución de un sistema de comunicación que apoye tus servicios y perfil profesional, utilizando distintos medios on y off line para generar percepciones y reputación positiva hacia tu persona y tus competencias.
Marca Personal y Profesional que apoye a la empresa. Incluyendo todo lo anterior, se suma el brindar el apoyo a la empresa que representas desde tu rol, compartiendo sus novedades, involucrándote en darla a conocer y convirtiéndote en un embajador o embajadora. A la vez, demuestras lealtad y sentido de pertenencia durante el tiempo que transcurras en ella.
Como queda claro, para lograr posicionarte en tu trabajo actual o futuro, y elevar el desempeño, la sugerencia es desarrollar más “Power Skills”. Al hacerlo verás que, en poco tiempo, tu diferencial se ampliará respecto a la competencia en tu segmento, y así, tendrás menos posibilidades de que el puesto laboral sea robotizado o eliminado.
Si bien sabemos que no hay nada seguro para siempre, lo que sí podemos intuir es que los componentes humanos, creativos e innovadores son los que marcan la verdadera diferencia, y no solo tus conocimientos técnicos.
Imagen portada: Shutterstock
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