Aunque la mitología eslava es una de las creencias antiguas más interesantes, lamentablemente no ha tenido un impacto notorio en la cultura actual, pero hoy te contaremos uno de los mitos más importantes en el que creían los antiguos eslavos… ¡Conoce a Perún y a Veles!
En la mitología eslava el dios primordial se llama Svarog, quien no solo forjó el sol, sino que creó el mundo con forma de árbol en el que todos vivimos según su creencia. Sin embargo, definitivamente el dios más importante y que más presencia ha tenido a posteriori es Perún…
Tanto los reyes como los guerreros temían a Perún, pero también se encomendaban a él y le rezaban durante las batallas. Él era el dios del rayo y de la guerra, lo que ha hecho que se le identifique con deidades de otras creencias como Thor o Zeus. De hecho, los eslavos utilizaban marcas sobre sus techos llamadas gromoviti znaci, que representan la huella que dejan los relámpagos, como un símbolo de Perún, pero también las utilizaban para proteger sus casas de los rayos.
Incluso, en un poema bosnio se habla de que Perún lanzaba “manzanas doradas” al cielo, lo que podrían ser los rayos globulares.
No obstante, lo más importante de la historia de Perún, es la eterna batalla con su enemigo principal: el dios Veles.
Ya que el mundo según los eslavos es un gran árbol del que todos formamos parte, Perún gobernaba el cielo o mundo de los dioses (las ramas) y el mundo de los vivos (el tronco), pero Veles regía el submundo o reino de los muertos, lo que serían las raíces del árbol.
Los eslavos no veían esta especie de inframundo como el Tártaro griego o el infierno cristiano, sino que era un lugar aparentemente hermoso e incluso Veles, quien lo regía, no es un dios necesariamente “malo”, pero aun así representa la contraparte principal de Perún.
Si bien Veles tenía ciertas connotaciones negativas, también era el dios asociado a la gente, a la tierra, al ganado etc., mientras que Perún podría representar el poder, la guerra y la aristocracia.
En cuanto al mito en sí, Veles robaba las cosechas y además secuestraba a la esposa e hijos de Perún, lo que implicaba que el dios principal de los eslavos debía perseguirlo constantemente por el mundo, lanzándole rayos, provocando las tormentas que conocemos en la Tierra.
Además, más allá de un secuestro, en realidad Perún debía compartir a su mujer con Veles, ya que ella representaba al sol, y cuando caía la noche el sol debía ir al submundo que está regido por Veles, lo que convierte a esta batalla entre los dioses en algo eterno y que se repite diariamente…
Sin embargo, Veles también es un dios ágil y se convierte en diferentes animales para tratar de esquivar los rayos y despistar a Perún. Al final, el dios logra matar a Veles, lo devuelve al submundo, le ordena que se quede ahí y así Perún puede gobernar en paz…
Si te preguntas por qué no suele hablarse de una historia mitológica con una simbología tan importante, es porque simplemente Perún evolucionó a otros íconos de diferentes creencias: cuando los eslavos comenzaron su proceso de cristianización, les fue muy difícil que las personas dejaran de adorar al gran dios Perún, así que paulatinamente lo fueron identificando con personajes cristianos como San Jorge e incluso con San Miguel Arcángel, y a Veles con Satanás por sus atributos negativos, mientras que sus características positivas pasaron a identificarse con San Blas o San Nicolás.
Al final la misma batalla del bien contra el mal que tenía Perún contra Veles, la podemos hallar también en la creencia cristiana con personajes de distintos nombres ejerciendo las mismas funciones.
Aunque la mayoría de los pueblos eslavos se convirtieron al cristianismo o al islam, en la actualidad, en algunos lugares se cree que las tormentas son las batallas entre los dos dioses, así que en cualquier territorio donde cae un relámpago, es porque justo ahí se escondía Veles, huyendo de los rayos de Perún…
Con información de: El Periódico / Russia Beyond / Wikipedia
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