La enfermedad cardiaca no afecta solo al corazón. También puede afectar a las piernas, los pies, los riñones e incluso al cerebro, según unos expertos en cirugía vascular.
Enfermedad cardiaca es un término general, usualmente vinculado con la aterosclerosis o «endurecimiento de las arterias», explicó la Sociedad de Cirugía Vascular (Society for Vascular Surgery). La aterosclerosis es una enfermedad progresiva en que la placa se acumula en las arterias.
A medida que las arterias se bloquean, se hace más difícil que la sangre rica en oxígeno circule por todo el cuerpo, señaló el Dr. Ali AbuRahma, secretario de la sociedad.
AbuRahma también es jefe de cirugía vascular y endovascular en el Centro de Ciencias de la Salud Robert C. Byrd de la Universidad de Virginia Occidental.
La enfermedad arterial periférica (EAP) se desarrolla cuando la enfermedad cardiaca afecta a piernas y pies. Esta afección impacta a más de 8.5 millones de personas en Estados Unidos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. Cuando la sangre no puede llegar a las extremidades, los pies podrían desarrollar heridas que no sanan. Algunas personas con EAP podrían necesitar una amputación.
Las personas que desarrollan dolor al caminar deben hablar con el médico y hacerse una prueba no invasiva que mide la presión arterial en los tobillos, aconsejó la sociedad. El tratamiento puede ayudar a prevenir unas complicaciones graves.
El endurecimiento de las arterias se puede gestionar, según AbuRahma.
«Recomendamos que todo el mundo tome unas cuantas medidas sensatas de salud para mantener sus venas y arterias sanas», planteó en un comunicado de prensa de la sociedad. «En primer lugar, conozca sus ‘cifras’, en otras palabras, gestione su presión arterial, azúcar en la sangre y colesterol. No fume y haga actividad física de forma regular. También intente reducir su nivel de estrés».
Las personas con enfermedad vascular deben ser atendidas por un especialista y cumplir su plan de tratamiento durante el resto de sus vidas, sugirió AbuRahma.
«Los especialistas vasculares están entrenados para restaurar el flujo sanguíneo, pero la mayoría de nuestros pacientes a largo plazo nunca necesitan nada aparte de medicamentos y unos buenos hábitos de salud», aseveró.
«Pero si los tratamientos no invasivos ya no funcionan, podemos instalar unos balones o dilatadores mínimamente invasivos para desbloquear los vasos sanguíneos, o realizar procedimientos abiertos, en los que creamos derivaciones alrededor de una arteria bloqueada», explicó AbuRahma.
Con información de: HealthDay, traducido por HolaDoctor | Foto: Hombre con infarto / Shutterstock
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