En la mitología griega, es sabido que Zeus posee una función erótica exaltada. Gozó de muchas amantes, pero solo una mujer fue su esposa, la diosa -y su hermana- Hera.
Los rechazos de Hera
Desde que Zeus derrotó a su padre Cronos en la Titanomaquia, el dios del rayo tuvo un despertar sexual que lo llevó a tener un sinfín de amantes y aventuras, no obstante, al final se enamoró de su hermana y diosa del matrimonio, Hera.
Pese a los constantes cortejos de Zeus, Hera nunca cayó en ellos. La diosa estaba consciente de la vida sexual y romántica de su hermano, por lo que nunca estuvo dispuesta a casarse con él. Lo rechazó en todas las oportunidades que pudo.
Zeus supo que no había forma honesta de casarse con su hermana y recurrió a sus conocidas artimañas. Un día, un pájaro afectado por la lluvia se le apareció a Hera, quien lo arropó bajo sus senos para calentarlo. El ave se convirtió en Zeus y violó a la diosa. Hera se sintió avergonzada y humillada por el hecho. En su búsqueda de mantener las apariencias y por el miedo de lo que podrían decir el resto de los dioses, se vio en la obligación de aceptar la petición de su hermano y casarse con él.
La gran boda
La unión entre los dioses fue el evento más grande e imponente del Olimpo. Todos los dioses acudieron a la celebración y cada uno llevó impresionantes regalos. Destaca el árbol con las manzanas doradas que fue plantado en el Jardín de las Hespérides y que fue custodiado por el dragón Ladón.
Los novios arribaron en una carroza y fueron dirigidos por Eos. Las tres Parcas se encargaron de dirigir la ceremonia. La celebración fue descrita como la más grandiosa y magnífica de todos los tiempos.
Una vez concluida la fiesta, la pareja tuvo su noche de bodas y luna de miel. Duraron 300 años celebrando su unión. En ese tiempo, Hera reconoció el intelecto e ingenio de su hermano, y si bien estuvo avergonzada por el método de conseguir las cosas, aceptó su matrimonio.
Los hermanos conocieron cada detalle del otro en esos 300 años. Además, engendraron a Ares, Enyo, Hebe, Ilitía y Hefesto.
Luego de la celebración, el matrimonio de Zeus y Hera fue tortuoso. El dios del rayo había prometido ser fiel, cosa que nunca cumplió. La diosa se convirtió en un ser lleno de celos y muy vengativa. Siempre aunaron los problemas y hay infinidad de mitos que lo avalan, pero ante el resto de los dioses siempre fueron la pareja perfecta.
Con información de Mitos Griegos / La Vanguardia / Portal Mitología / Foto: Wikimedia
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