El 11 de diciembre de 1978 Robert Piest, un adolescente de 15 años, salió de la farmacia en la que trabajaba para ir a hablar con un contratista sobre una supuesta oferta de empleo (así se lo hizo saber a su familia). El joven jamás volvería. La desaparición de Piest puso en marcha una investigación que llevaría a dar con uno de los asesinos seriales más terribles de la historia de EE.UU.: John Wayne Gacy, el “payaso asesino”.
Investigando la desaparición de Piest
Tras la denuncia por la desaparición del joven Piest, realizada por su familia, la policía empezó a trabajar en el caso. Las preguntas sobre el último paradero conocido del muchacho apuntaron hacia un nombre: John Wayne Gacy. Contratista de profesión, Gacy llevaba años ofreciendo los servicios de su empresa PDM Constractors en Des Plaines, una pequeña ciudad de Illinois, para el momento del extravío de Piest.
Gacy había ido a la farmacia en donde Piest trabajaba el mismo día en que este desapareció. El contratista se dirigió allí con el objeto de discutir con Phil Torf, el dueño del negocio, los detalles de una posible remodelación para el local. Estando en el sitio, Gacy dijo a vox populi que su empresa estaba contratando adolescentes para trabajos de obra, con paga de 5$ la hora.
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Cuando Phil Torf participó a la policía de este comentario, las autoridades se dirigieron a la casa de Gacy, todavía sin una orden de allanamiento. El contratista se mostró sorprendido y negó haberle ofrecido trabajo a Piest. Gacy despachó a la policía en ese momento con la excusa de que un tío suyo acababa de fallecer, prometiendo ir más tarde a la estación de policía para dar oficialmente su declaración.
Esa madrugada, a las 03:20 a.m., Gacy se presentó en la estación de policía con los pantalones y la camisa llenos de lodo, alegando que acababa de tener un accidente de auto. Además, unas horas antes Gacy había sido visto entrando de nuevo a la farmacia de Torf. Al ser interrogado sobre esta segunda visita, el contratista explicó que regresó allí por petición del mismo dueño, quien lo llamó para decirle que había dejado olvidada en la farmacia una agenda; algo que Torf desmintió en su declaración oficial.
El hombre de sociedad y su alter ego
El hombre de 36 años que llega a la estación de policía de madrugada y con el traje enlodado es en realidad una figura querida y respetada en su comunidad. Pero este estatus no le había venido a Gacy de la nada, él se lo había ganado a pulso, trabajando de forma incansable en eventos de caridad y ofreciendo los servicios de sus empleados, de forma gratuita, en distintas obras de su ciudad.
Nacido en 1942, a John Wayne Gacy desde muy temprano le había llamado la atención formar parte organizaciones de diferente índole. Es muy posible que la falta de aceptación de su padre, quien desde el comienzo lo consideró como un debilucho, jugara un papel crucial en el desarrollo en Gacy de una necesidad por sentir la aprobación de grupos sociales.
A los 18 años, el joven Gacy se unió al Partido Demócrata –allí participaría en la preparación de más de una campaña–. En 1966, a los 25 años, Gacy es uno de los miembros más activos de los Jaycees, una organización cívica de capacitación para el liderazgo.
Para 1975, entonces con 33 años, Gacy se une a los Jolly Joker; un club social de payasos que se dedicaban a participar de manera gratuita en fiestas para recaudar fondos, a marchar en desfiles, y a animar a niños en hospitales pediátricos. Estando en este club, Gacy se construye un alter ego, el payaso Pogo. Como payaso, Gacy se confecciona su propio traje y se inventa una cara nueva (su máscara de maquillaje) y una personalidad distinta también.
Resulta difícil pensar que un individuo con un historial de activismo tan constante pueda cometer algún crimen. Y no obstante, cuando la policía le pide a Gacy una declaración por escrito, con el detalle de cada uno de sus movimientos durante el 11 de diciembre de 1978 (el día de la desaparición del joven Piest), el testimonio que el contratista entrega presenta algunas incongruencias, como el detalle de la segunda visita a Torf.
Un pasado oscuro
Al empezar a hurgar en los archivos policíacos, las autoridades encontraron que Gacy tenía antecedentes penales, por agresión sexual y violación. En 1968, había sido condenado a 10 años de cárcel por sodomizar a un joven de 15 años. No obstante, Gacy no llegaría a cumplir esa sentencia por completo, ya que debido a su buen comportamiento en prisión, durante su segundo año de encarcelamiento le fue concedida la libertad condicional.
El juego del gato y el ratón
El 13 de diciembre de 1978 un juez emitió una orden de allanamiento para que la policía pudiese requisar el hogar del sospechoso. Gacy vivía solo desde 1976, año en que se divorció de su segunda esposa. En el hogar del investigado fueron encontrados diferentes objetos que aumentaron las sospechas, como varias licencias de conducir de adolescentes, piezas de ropa muy pequeñas para ser de la talla de Gacy, unas par de esposas, una pistola de carreras y una factura de compras de la farmacia en donde Piest trabajaba.
La evidencia fue decomisada, al igual que el vehículo personal del contratista. Al mismo tiempo, dos policías fueron asignados para vigilar de manera constante a Gacy. Inicialmente el sospechoso logró burlar a sus vigilantes (por ejemplo, aprovechando los embotellamientos de la ciudad para dejar al vehículo de los oficiales paralizado en el tráfico), pero con el paso de los días y al darse cuenta de que la vigilancia era ininterrumpida, Gacy se fue haciendo más y más descuidado.
Mientras tanto, la investigación avanzaba. El 14 de diciembre, Michael Rossi, un empleado de Gacy se puso en contacto con las autoridades para notificar la desaparición de un compañero de trabajo suyo, un joven llamado Gregory Godzik. A esto había que sumar que un año antes, otro muchacho, empleado también de la constructora PDM, había sido encontrado sin vida en el río de Des Plaines.
Más tarde, el 17 de diciembre la policía utilizó perros entrenados para seguir el rastro de Piest dentro del auto de Gacy. Uno de los perros se sentó en el asiento del copiloto, señal de que el cadáver de Piest había estado allí.
Con información de: Biography / Wikipedia
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