Cuatro bebés nacidos en un hospital de Wuhan, el epicentro del brote de coronavirus SARS-Cov-2, no mostraron signos de infección y siguen sanos hoy en día, según una investigación de pediatras chinos. Sin embargo, señalan que se necesitan más estudios.
Por fin, algunas buenas noticias sobre el coronavirus SARS-Cov-2 que se ha extendido a unos 50 países de todo el mundo. Investigadores chinos han publicado un estudio en la revista Frontiers in Pediatrics que indica que no parece que la infección viral sea transmisible de madres embarazadas sus hijos al nacer.
Las cuatro madres dieron a luz en el Hospital de la Unión de Wuhan mientras estaban infectadas.
El trabajo es el segundo que se realiza en China en el último mes que confirma que las madres infectadas con la enfermedad coronavirus –conocido como COVID-19– durante el embarazo no infectaron a sus bebés.
Las cuatro madres del estudio actual, que se centró en la salud de los recién nacidos, dieron a luz en el Hospital de la Unión de Wuhan mientras estaban infectadas.
Se cree que Wuhan, en la provincia china de Hubei, es el epicentro del actual brote que ha enfermado a más de 100.000 personas en todo el mundo y ha matado a más de 3.400, la mayoría de ellas en China. En España ya ha causado alrededor de 300 muertos y unos 8.000 infectados
Según informan los autores, ninguno de los niños desarrolló ningún síntoma grave asociado con el COVID-19, como fiebre o tos, aunque todos fueron aislados inicialmente en unidades de cuidados intensivos neonatales y alimentados con fórmula.
Tres de los cuatro dieron negativo para la infección respiratoria tras un frotis de la garganta, mientras que la madre del cuarto bebé rechazó el permiso para la prueba.
En el estudio se comprobó que ninguno de los niños desarrolló ningún síntoma grave asociado con el COVID-19.
Un recién nacido experimentó un problema respiratorio menor durante tres días que fue tratado con ventilación mecánica no invasiva. Dos bebés, incluyendo el que tenía un problema respiratorio, tuvieron erupciones en el cuerpo que eventualmente desaparecieron por sí mismos.
Es imposible concluir si hay una conexión entre estos problemas médicos y el coronavirus. “No estamos seguros de que el sarpullido se debiera a la infección por COVID-19 de la madre», dice la coordinadora del estudio Yalan Liu, de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong, que también es pediatra en el Hospital de la Unión. Los cuatro bebés permanecen sanos, y sus madres también se recuperaron completamente.
En el estudio previo sobre nueve madres embarazadas infectadas con COVID-19, los investigadores tampoco encontraron evidencia de que la infección viral pudiera pasar al niño. En esa ocasión todos los nacimientos fueron llevados a término por cesárea. Tres de los cuatro embarazos en el presente estudio también fueron por cesárea.
«Para evitar las infecciones causadas por la transmisión perinatal y postnatal, nuestros obstetras piensan que la cesárea puede ser más segura», señala Liu. «Sólo una madre embarazada llevó a cabo el parto vaginal debido a que ya había iniciado el proceso de alumbramiento. El bebé nació sin problemas. Tal vez el parto vaginal esté bien, necesitamos más estudios», precisa la pediatra.
No hay evidencia de transmisión de madre a hijo
En anteriores brotes de coronavirus, los científicos no encontraron evidencia de transmisión viral de madre a hijo, pero tanto el SARS como el MERS se asociaron con «enfermedades maternas críticas, aborto espontáneo o incluso muerte de la madre», según Liu.
Globalmente, se estima que un 3,4 % de los casos de COVID-19 registrados ha muerto, según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud. En comparación, la gripe estacional generalmente mata a mucho menos del 1 % de los infectados.
«Para evitar las infecciones por transmisión perinatal y postnatal, nuestros obstetras piensan que la cesárea puede ser más segura, pero se necesitan más estudios», dice la pediatra Yalan Liu.
Sin embargo, el COVID-19 no parece propagarse tan fácilmente como la gripe. Aunque hay que tener en cuenta que las tasas de transmisión y de mortalidad están actualmente sujetas a cambios y revisiones a medida que se realizan más investigaciones sobre el virus.
Los autores remarcan que se necesitan más investigaciones sobre otros aspectos de la posible infección por COVID-19 en recién nacidos y niños. Por ejemplo, la sensibilidad de la prueba de diagnóstico actual para detectar el virus es de alrededor del 71 %, por lo que sugieren evaluar su fiabilidad en niños.
Para ello, los investigadores están recogiendo muestras adicionales de los recién nacidos, incluyendo placenta, líquido amniótico, sangre neonatal y líquido gástrico, entre otros, para detectar posibles receptores del virus.
Con información de Agencia SINC / Imagen Shuttersotck
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