Olga de Kiev es una santa católica y ortodoxa a la que se le atribuye la protección de las viudas y los conversos al cristianismo. Si bien fue canonizada por ambas iglesias, sus sangrientas y brillantes cuatro venganzas, no tienen nada de santas… ¡Conócela!
Olga nace en 969, en la ciudad de Peskov (actualmente en Rusia), que en ese momento formaba parte de la Rus de Kiev o “Rutenia de Kiev”, una confederación de reinos eslavos. Venía de una familia varega (vikingos), y posteriormente se casaría con nada menos que Ígor de Kiev, el Gran Príncipe de la Rus de Kiev.
La historia daría un giro cuando a los pocos años, su marido es asesinado por los drevlianos, una tribu antigua que se negó a pagar los tributos a la corona. Algunos piensan que Igor estaba cobrando los mismos impuestos más de una vez al mes y que por eso es asesinado, pero lo cierto es que el monarca había muerto a manos de ellos.
Debido a que el hijo de Ígor y Olga (Sviatoslav I de Kiev), tenía tan solo tres años cuando muere su padre, Olga se convierte en la monarca regente hasta que él alcanzara la mayoría de edad.
Probablemente la princesa ya estaba resentida con este grupo que asesinó a su marido, pero el rencor aumentó cuando ellos le exigen que se case con Mal, un príncipe drevliano, lo que les permitiría a ellos tomar el poder de la Rus de Kiev.
Los drevlianos envían a un grupo de hombres para exigirle a la princesa contraer nupcias con Mal, a lo que Olga responde con firmeza y ordena a sus subordinados que los entierren vivos a todos.
Sin embargo, como cualquier líder autoritario de la Edad Media, Olga planeaba algo más. La futura santa envía a decir que ella sí aceptaba el matrimonio, pero que necesitaba que un grupo más grande viniera a su corte para planificarlo; todo con el fin de concentrar a los líderes drevlianos en su palacio…
Los drevlianos envían a la gente más importante de su tribu, a los dirigentes y a los sabios (tal como Olga quería), y apenas llegan a palacio, la princesa atiende cálidamente a sus invitados con gran esmero.
Posteriormente, con la excusa de que habían realizado un largo viaje, Olga los invita a lavarse en una casa de baños, pero lo que los drevlianos no pudieron prever, es que Olga los encerró allí para luego prender fuego al lugar; quemándolos vivos.
Esto no culminó aquí, porque al parecer Olga todavía necesitaba más venganza para su marido: la princesa quería eliminar al resto de los drevlianos, así que invita a los otros a un festín para “conmemorar la muerte de Ígor”.
La princesa demostró nuevamente que era una excelente anfitriona y ordenó a sus sirvientes atender a los drevlianos con la mayor ética posible, pero una vez que ellos se emborracharon, Olga ordenó a sus hombres acabar con ellos… se estima que murieron alrededor de 5 mil esa noche.
¿Piensas que eso es todo? Lamentablemente no lo fue: Olga regresa a Kiev y ordena a sus militares la matanza de los drevlianos que quedaban con vida y asedia la ciudad de Iskórosten (actualmente Kórosten en Ucrania), el sitio donde los drevlianos habían asesinado a su marido. Ellos hacen resistencia pero también ofrecen bienes materiales a Olga, así que ella aparentemente los aceptó y ofreció “paz”, pero nuevamente, todo era una táctica…
La condición para dejarlos con vida es que los drevlianos enviaran tres gorriones y tres palomas por casa, algo a lo que ellos accedieron sin pedir mucha explicación.
Es aquí cuando la princesa de Kiev ejecuta su plan más ambicioso: Olga ordena a su ejército atar un trozo de azufre y tela a cada gorrión y paloma, con el fin de posteriormente liberarlos para que volvieran a casa, no sin antes prender en llamas cada hilo, por supuesto. Las aves vuelven a sus nidos, provocando un masivo incendio que asesina a casi toda la población… “No hubo una casa que no quedase consumida, porque era imposible extinguir las llamas, ya que todas las casas empezaron a arder a la vez”, según una crónica de la época.
A los que lograban huir, el ejército los asesinaba o tomaba como esclavos, pero algunos piensan que perdonó la vida de unos cuantos, siempre y cuando pagaran los impuestos necesarios.
Olga de Kiev, una santa
Sin embargo, volviendo al título… ¿Por qué es una gran sorpresa de la historia? Pues debido al rol de la mujer en aquel entonces, una vez que Ígor de Kiev es asesinado, los drevlianos asumieron que Olga sería una viuda débil y desamparada, dispuesta a acceder sus condiciones. Algo que evidentemente no ocurrió porque los sorprendió en cuatro ocasiones diferentes, con cuatro sangrientas venganzas.
¿Por qué santa? Años después, Olga recibió como huésped al emperador bizantino Constantino VII, quien la convenció de que se uniera en feligresa de la Iglesia Ortodoxa, convirtiéndose así en la primera monarca eslava en adoptar la fe cristiana. A su pesar, no pudo convencer a su hijo de unirse a la creencia, pero años después sería su nieto San Vladimiro I de Kiev, quien convertiría al cristianismo en la religión oficial del Estado, y por supuesto, por influencia de Olga, de la cual él era pupilo…
Santa Olga es una muestra de las grandes sorpresas y las crueles venganzas que existían en tiempos medievales, pero también un recordatorio de que no importa qué tipo de acciones hayas hecho en vida, si eres cristiana… la Iglesia puede considerarte “santa”.
Con información de HOY / Wikipedia
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