¿Sabes el origen de la maldición de Tutankamón? Detrás de las misteriosas muertes ligadas a la apertura de la tumba del faraón, ocurridas en la década de 1920 en Londres, podría encontrarse la venganza intelectual de un asesino en serie.
¿Quién era Tutankamón?
Tutankamón se convirtió en faraón cuando tenía entre 9 ó 10 años de edad y falleció antes de cumplir los 20 años en 1323 a. C.
En 1922 el arqueólogo británico Howard Carter y su equipo de trabajo, un grupo de egiptólogos, descubrieron la tumba de Tutankamón y procedieron a abrirla. Los investigadores quedaron fascinados por el lujo y simbolismo del rito funerario que rodeaba al joven. No obstante, pronto se originó una leyenda que opacó el saber arqueológico, denominada la “maldición de Tutankamón”.
Poco después de la apertura de la tumba, fallecieron más de 20 personas, las cuales estaban relacionadas con la investigación. Se empezó a creer que los que volaban la tumba del faraon eran condenados.
Este hecho aumento el interés y curiosidad de la sociedad por la cultura egipcia. Además, convirtió al joven faraón egipcio Tutankamón en la imagen más famosa de la época de los faraones.
La teoría de Mark Beynon
Para explicar estas muertes de manera racional las personas atribuían las muertes a hongos, mosquitos, entre otras causas más o menos científicas. No obstante, el investigador inglés Mark Beynon tiene una teoría distinta e interesante que expone en su libro London’s Curse: Murder, Black Magic and Tutankhamun in the 1920s West End.
Según Beynon las muertes de Carter, Lord Carnarvon, entre otros implicados en la leyenda que fallecieron en Londres, pueden ser consideradas como asesinatos cometidos a manos de Aleister Crowley, conocido como The Great Beast, un famoso ocultista, alquimista, escritor, poeta, pintor y mago ceremonial británico.
El investigador señala que las razones se debieron a la filosofía que el propio Crowley construyó, tomando como base varios elementos de la religión antigua egipcia. Para el mago el proyecto arqueológico profanó su religión, obsesionado con el ocultismo, considerándose un profeta, se decidió a buscar venganza y sacrificó en un ritual satánico a sus víctimas. La hipótesis de Beynon se basa en los diarios, ensayos y libros de Crowley, asimismo, en los informes de investigación de las muertes.
Las extrañas muertes
En el libro se mencionan los siguientes casos de individuos fallecidos en Londres, entre 1922 y 1930: Richard Bethell, secretario especial de Carter, -el arquitecto a cargo del descubrimiento de la tumba de Tutankamón- asfixiado en un club.
El padre de Bethell, un señor de 77 años quién falleció al caer de un séptimo piso. Ernest Budge, trabador del Museo Británico, hallado sin vida en su cama, y Ali Kamel Fahmy Bey, el príncipe egipcio que murió de un disparo, cuando regresaba del museo en Londres, donde había visto la tumba del faraón. Crowley nunca fue sospechoso en aquella época, murió a los 72 años en 1947.
Con información de: Pijamasurf / Noticieros Televisa / PressReader.com
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