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Fran Lebowitz, la no escritora que vive de sus opiniones

Fran Lebowitz, la no escritora que vive de sus opiniones

Fran Lebowitz rehuía de las reglas sociales en la mitad del siglo XX. Su ácida franqueza y la insensibilidad de sus comentarios la hicieron famosa. En Nueva York, su ciudad elegida, escribió durante algunos años hasta sufrir un largo, severo y famoso cuadro de bloqueo del escritor… ¡Conoce su historia!

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Frances Ann Lebowitz nació el 27 de octubre de 1950, en el seno de una familia judía practicante en Nueva Jersey, Estados Unidos; sin embargo, ella se identificó como atea desde niña. Su hostilidad hacia la norma también la hizo expresar su homosexualidad sin problema alguno. Con un espíritu alejado de los convencionalismos y una actitud rebelde que no encajaba con las personalidades recatadas de Morristown, el pueblo en donde nació, Fran fue expulsada de su trabajo en una tienda de helados, de la preparatoria y de varios colegios.

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Recibió un GED (certificado que asegura que la persona tiene todos los conocimientos de la secundaria) y se marchó a Nueva York, la ciudad que se convertiría en su hogar para siempre. Al llegar a la gran manzana (1970) trabajó limpiando casas (en especial persianas), como taxista y como vendedora de correas.

Fran Lebowitz: una personalidad descarada

Aquellos pequeños trabajos apenas le daban para pagar el alquiler a tiempo y comprar cigarrillos y algo de comida. Lebowitz comenzó a vender espacios publicitarios para la revista Changes, pero su contagiosa y descarada personalidad llamó la atención de los directivos, que le dieron la oportunidad de escribir críticas de literatura y cine. Andy Warhol, la figura más importante de la cultura pop por aquellos años, se sintió atraído por su estilo y la agregó como columnista en la famosa publicación vanguardista Interview. También escribió durante un breve tiempo en Mademoiselle.

A finales de los 70 publicó una colección de ensayos en una obra llamada Metropolitan Life (1978), que supuso un gran éxito a nivel crítico y comercial. Su mordaz prosa se combina con el tema principal de la mayoría de su discurso: la vida en la ciudad desde una visión generalizada, que liga la comedia con la crítica.

Lebowitz (2007) – Imagen: Wikimedia.-

En 1981 publica Breve ensayo de urbanidad, una suerte de lista de consejos que la escritora le hace a los que viven en las grandes metrópolis. Sus versiones en inglés y en español fueron publicadas con un nuevo ensayo adjunto llamado The Fran Lebowitz Reader.

El parón de 40 y muchos años

El sida, las drogas y la bohemia desmedida se habían llevado a varios amigos cercanos a la escritora, quien, hacia los 90, ya se sentía ahogada por las exigencias de su agente y las empresas de publicación. Lebowitz se desencantó de la producción desmedida de literatura y de, curiosamente, lo poco rentable que le era ser escritora.

Según ella misma comenta, le ofrecieron una cantidad grande de dinero por una nueva publicación, que ni siquiera había empezado, luego de sus primeros éxitos. Al mismo tiempo, la sacaba de sus casillas escribir: si bien se le daba bien, el proceso la sacaba de quicio.

En todo caso, El Sr. Chas y Lisa Sue conocen a los Pandas (1994), es el último libro que ha publicado. Desde entonces, ha tenido lo que se conoce como bloqueo de escritor. Un adelanto de Progress, la novela en la que Lebowitz está trabajando desde hace 40 años, fue publicado en 2004 en la revista Vanity Fair, pero no ha conseguido terminarla hasta la fecha.

Lebowitz (2011) – Imagen: Wikimedia.-

La escritora, desde la década de los 90, ha vivido de dar conferencias y hacer comedia. Básicamente, Lebowitz vive de su palabra, de sus ácidos y punzantes comentarios sobre la cultura popular, la vida y, en especial, los habitantes citadinos de su amada Nueva York. Sus viejos seguidores, que la disfrutaban a través de ensayos en el siglo XX, no dejan de entretenerse con ella a pesar de que ya no escribe.

En la cultura popular

Fran vive de dar sus opiniones, cosa que ella adora. Al respecto comenta “no tengo poder, pero tengo opiniones”. Su personalidad jocosa y su potente estilo masculino (comenta que vestir como hombre es siempre más cómodo) la mantiene activa a sus 70 años. Sus participaciones en los clásicos programas de entretenimiento y su intervención como actriz en el papel de la jueza Janice Goldberg en La ley y el orden son muy reconocidas.

Es gran amiga del director Martin Scorsese, quien ha representado su figura en varios documentales: la primera vez en Public Speaking (2010), de HBO y, en segundo lugar, con Supongamos que Nueva York es una ciudad (2021), de Netflix, en donde Lebowitz recorre la ciudad resaltando sus aspectos culturales y sociales.    

Fran Lebowitz es considerada por muchos críticos y seguidores como “la Dorothy Parker moderna”. Fue reconocida por la revista Vanity Fair como una de las mujeres más elegantes del mundo, en 2007.

Con información de Wikipedia / El País / Milenio / YouTube

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