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Esta sex-shop se transformó en un increíble edificio autosustentable

Esta sex-shop se transformó en un increíble edificio autosustentable

La sex shop Castle Boutique, ubicada en Phoenix, Arizona, fue una de las mega tiendas de juguetes sexuales más grandes y surtidas de su tiempo: con sus 16,533 pies cuadrados de superficie y su magnífica ejecución arquitectónica, la tienda podía conservar una temperatura agradable para los consumidores en el interior aunque afuera el sol del desierto hiciera sudar a los transeuntes. Cuando la tienda cambió de ubicación a principios del año 2000, la compañía DPR Construction se dio a la tarea de utilizarlo para un proyecto de construcción sustentable –uno que demostró ser un modelo de aprovechamiento y ahorro de energía.

Dave Elrod, gerente regional de DPR, afirma que desde la primera vez que estuvo ahí se dio cuenta de que “el edificio estaba bien aislado y [era] capaz de administrarse a sí mismo. Sabíamos que el edificio podría comportarse bien dadas las modificaciones convenientes.

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Hoy el edificio alberga la oficina regional de DPR y está certificado como Net-Zero Energy Building por el International Living Future Institute, el segundo edificio cero energía en Estados Unidos en contar con dicha certificación y el más grande de su tipo en el país. La certificación net-zero implica que el edificio produce tanta energía como utiliza, además de incorporar energías renovables para su operación de maneras atractivas e inspiradoras.

El edificio cuenta con una chimenea solar que permite la salida de aire caliente y la entrada de aire frío, una consola que permite administrar los casi 79 kilovatios de energía solar a través de la instalación, y 87 ventanas que abren o cierran según los cambios de temperatura en el interior y el exterior. Además de esto, el edificio cuenta con 82 Solatubes, un sistema interno que permite reflejar la luz solar para iluminar los interiores, con lo que prácticamente no se necesitan bombillas. Otra característica importante es el “vampire shut-off switch”, que apaga automáticamente las terminales eléctricas así como la iluminación cuando el edificio está vacío.

Para Elrod el cuidado ambiental y la responsabilidad financiera van de la mano, pues “el punto era hacer alcanzable esta clase de estrategias”, ya que los costos de la instalación se amortizan con el enorme ahorro de energía eléctrica tradicional.

Fuente: Co. Exist | Ecoosfera.com

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