El miedo: La sombra que crece cuando la ignoramos
Todos hemos sentido ese nudo en el estómago, las palmas sudorosas o la aceleración del corazón ante situaciones que nos asustan. Desde hablar en público hasta enfrentarse a un cambio importante en la vida, el miedo es algo que todos llevamos dentro. Pero, ¿sabías que evitarlo no hace que desaparezca, sino que lo alimenta? Tal como decía Montaigne: «El miedo es lo que más miedo me da«. Es irónico, pero verdadero. Cuando intentamos evitar lo que nos asusta, terminamos dándole más poder.
La trampa de evitar el miedo: ¿Por qué no funciona?
Imagina que estás en unas arenas movedizas. Tu primer instinto sería luchar con todas tus fuerzas para salir, ¿verdad? Sin embargo, cuanto más te esfuerzas, más te hundes. Lo mismo ocurre con el miedo. Cuanto más lo evitas, más crece. Es un mecanismo natural: cuando el cerebro detecta una amenaza, activa una reacción fisiológica para protegernos, lo cual puede llevarnos a la ansiedad y al pánico.
Cuando evitamos enfrentar ese miedo, le enseñamos a nuestro cerebro que la mejor manera de protegernos es huyendo. Así, poco a poco, el miedo se convierte en un pánico que nos aísla y limita nuestra vida.
¿Qué podemos hacer cuando tenemos miedo?
La clave está en mirar el miedo a la cara. Suena valiente y un poco aterrador, pero no significa lanzarse sin preparación a lo que nos da miedo, sino cambiar nuestra relación con él. Te comparto dos estrategias para hacerlo:
1. Gestiona tus pensamientos: La trampa de pensar en pensar
Nuestros pensamientos son poderosos, pero sobreestimarlos puede ser un error. Cuando rumiamos en torno a lo que nos da miedo, como si fuéramos detectives intentando resolver un caso imposible, lo único que logramos es hundirnos más. Es como pensar demasiado en cómo salir de las arenas movedizas en lugar de relajarnos y flotar.
La próxima vez que te encuentres atrapado en una espiral de pensamientos negativos, pregúntate: «¿Qué me está diciendo este pensamiento? ¿Realmente me está ayudando a resolver algo o solo me está atrapando más?» Cambiar la manera en que gestionamos nuestros pensamientos puede ser un primer paso hacia la libertad.
2. Enfrenta el miedo poco a poco: Evita evitar
El coraje no es la ausencia de miedo, sino la capacidad de enfrentarlo. Un buen punto de partida es dejar de tomar precauciones exageradas y atreverte a hacer pequeñas cosas que te asusten. Por ejemplo, si te aterra hablar en público, comienza hablando en grupos pequeños. Si te da miedo volar, empieza por aprender sobre cómo funcionan los aviones y luego da pequeños pasos hacia subirte a uno.
Cada pequeño acto de valentía debilita el poder que el miedo tiene sobre ti. Como decía el filósofo Séneca, «el valor crece al atreverse, el miedo al evitar el peligro».
¿Sabías que el miedo tiene una función evolutiva?
No está mal sentir miedo. El miedo ha sido esencial para la supervivencia humana. Nuestros antepasados necesitaban reaccionar rápidamente ante posibles amenazas, como depredadores. Sin embargo, en la vida moderna, estas respuestas no siempre son útiles, ya que lo que nos asusta no es necesariamente una amenaza real, sino más bien un pensamiento sobre un posible escenario.
Trastorno de Pánico: Cuando el miedo agobia
En algunos casos, el miedo puede escalar a un trastorno de pánico. Esto ocurre cuando las respuestas ansiosas son tan intensas y frecuentes que interfieren con la vida cotidiana. Recuerda, sentir miedo es normal, pero si sientes que este te domina, puede ser hora de buscar ayuda profesional. La terapia breve estratégica, por ejemplo, es una excelente opción para gestionar el pánico y la ansiedad sin necesidad de procesos largos.
Del Miedo al Coraje, un camino transformador
Mirar el miedo a la cara no es sencillo, pero sí es necesario. Al enfrentarlo, aprendemos a vivir con más libertad y autenticidad. Así que la próxima vez que sientas que el miedo te paraliza, recuerda: «El miedo mirado a la cara se convierte en coraje, pero evitado, en pánico». No permitas que una emoción tan común te robe la oportunidad de ser valiente.
¿Sientes que lo has intentado todo y no puedes? No te preocupes, ¡estoy aquí para ayudarte!
Soy Carmen Sancho, Psicóloga en Barcelona, en Castelldefels. Citas online o presencial. Escríbeme por Instagram @carmensanchopsicologa o visita mi página web carmensancho.es
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