Kirguistán es un país musulmán de Asia Central, y aunque no suela mencionarse en los medios como una nación particularmente conflictiva, conserva tradiciones arcaicas que todavía preocupan a las organizaciones de derechos humanos de todo el mundo.
Kirguistán fue una de las tantas naciones que conformaron a la extinta Unión Soviética y es uno de los pocos países de Asia Central que se puede considerar, hasta cierto punto, como una democracia; sin embargo, continúa siendo un país muy tradicionalista con costumbres que enervarían a cualquier persona de otras culturas del mundo.
Ala kachuu: el rapto de la novia
Ala kachuu, que en idioma kirguís significa “el secuestro”, es una práctica que se sigue ejerciendo en muchos países de la zona, pero más específicamente en Kirguistán. Al llegar a la edad de contraer matrimonio, muchos hombres salen a la calle a buscar a una mujer para casarse, y generalmente se hace a la fuerza.
La tradición consiste en secuestrar a una mujer mientras está caminando por la calle. Un gran grupo de hombres se dedica a tomar y meter a la fuerza a una mujer en un vehículo, donde será llevada a la casa del “novio”, que está esperando a que ella decida aceptar el matrimonio.
Una de las cosas más preocupantes de esta tradición, es que una vez que llega a la casa de su captor, los miembros de la familia, especialmente las mujeres, son quienes la intentan convencer de casarse con su familiar. Puede darse de manera forzosa o simplemente se encargarán de hablar maravillas del captor para que la mujer termine accediendo a portar el velo blanco, símbolo de que será una mujer casada.
En caso de que la mujer no sea forzada y/o logre escapar, lamentablemente su reputación quedará “manchada”, ya que una vez que entra a la casa del hombre, es considerada impura, por lo tanto, será muy difícil que alguien quiera casarse con ella, razón por la cual, aproximadamente un 84% de estas mujeres, decide quedarse y contraer matrimonio con su secuestrador.
Se cree que generalmente el hombre o la familia deciden quién va a ser la novia secuestrada, ya sea por conocer a su respectiva familia, o simplemente por haberla seguido o vigilado. No obstante, muchas veces el rapto de la novia ocurre con alguna mujer al azar, en la calle, que el hombre considere atractiva.
Sin embargo, hay algunos casos donde ya existe una relación previa entre el captor y la chica, y aun así se realiza el Ala kachuu para conservar la tradición. A veces la chica está enterada y en otras ocasiones simplemente se le da “la sorpresa” de que aunque tenga una relación establecida, igual formará parte de esta antigua tradición.
Legalidad
Durante los años en que Kirguistán perteneció en la URSS el Ala kachuu era totalmente ilegal, y aunque actualmente continúe siéndolo, una vez que los kirguises declararon su independencia de la Unión Soviética, quisieron retomar y perpetuar sus tradiciones. Por ende, son más comunes en la actualidad de lo que eran en tiempos soviéticos. Incluso, personas de edad avanzada han declarado que en sus tiempos el secuestro se hacía de forma consensuada, y que la manera en la que se lleva a cabo en la actualidad no es su tradición.
Sin embargo, a pesar de su ilegalidad, algunas personas del país cuentan que cuando se denuncian casos específicos, las autoridades prefieren no intervenir ya que “es una tradición”. Se estima que alrededor del 40% de las mujeres étnicamente kirguisas han sido víctimas del rapto de la novia.
Lunara Mamytova, quien fue viceministra de Trabajo y Asuntos Sociales en Kirguistán, ha comentado que ella también estuvo afectada por esta práctica, pero logró escapar del matrimonio no consensuado. “No te sientes como un ser humano, sino como un animal” declaró Mamytova sobre lo que sintió cuando fue víctima del Ala kachuu. Por eso ella, a la par de muchas ONG, tratan de incentivar la educación respecto a la práctica en el país, inculcándole a las jóvenes que deben resistir e intentar huir, y más importante: enseñarle a los hombres que no deben recurrir a este mecanismo para contraer matrimonio.
En otros países
Aunque tenga diferente nombre u otro procedimiento, el rapto de la novia es algo que también ocurre en otros países de Asia Central y del Cáucaso. Se cree que es practicado en Azerbaiyán, Georgia, Uzbekistán y Kazajistán, incluso, en Rusia, específicamente en Daguestán, Ingusetia y particularmente en Chechenia.
Por supuesto, en otros países del mundo ocurren eventos similares donde una mujer es forzada a casarse o a tener relaciones sexuales con su captor, ya sea en Pakistán o India, o en países como Irlanda o México.
Aunque este tipo de prácticas sean condenadas públicamente, en Kirguistán y el resto del mundo, estas situaciones pueden presentarse… y es preocupante que no hayan podido acabarse por completo en la actualidad.
Con información de: DW en YouTube / Newsweek / Wikipedia / Imágenes de: Wikimedia / Shutterstock
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