¿Qué significa realmente ser perfeccionista?
Si alguna vez has dicho frases como «Quiero que todo salga perfecto» o «No me conformo con menos», probablemente te identifiques como perfeccionista. Ser perfeccionista suele ser visto como una virtud, especialmente en un mundo que valora la productividad y los resultados. Sin embargo, esta «virtud» tiene un costo oculto: puede robarte la paz mental y socavar tu autoestima.
¿Es lo mismo ser perfecto que ser excelente?
Aquí es donde radica la gran confusión. El perfeccionismo busca lo inalcanzable: un ideal que, por definición, no existe, es rígido. En cambio, la excelencia consiste en dar lo mejor de ti mismo dentro de tus posibilidades, aceptando los errores como parte del proceso, es un proceso flexible. Como diría el filósofo Aristóteles: «La excelencia no es un acto, sino un hábito«.
El perfeccionismo como psicotrampa: ¿ventaja o desventaja?
A primera vista, el perfeccionismo parece ayudarte a mejorar, pero a largo plazo, actúa como un veneno disfrazado de medicina. La obsesión por controlar cada detalle te lleva a un estado de estrés constante. Y cuando las cosas no salen como esperabas, aparece la autoexigencia destructiva: «¿Por qué no lo hice mejor?»
¿Te suena familiar esa sensación de agotamiento después de intentar que todo salga perfecto? Es como intentar llenar un caldo con demasiados ingredientes: no solo el caldo pierde su sabor, sino que también se derrama de la olla. El perfeccionismo, como ese caldo, puede desbordarte si no sabes dosificarlo.
¿Qué causa el perfeccionismo?
El perfeccionismo puede tener múltiples raíces:
– Expectativas familiares: Crecer en un entorno donde se exige la perfección puede hacer que internalices esa presión.
– Miedo al fracaso: El temor a equivocarte puede llevarte a buscar el «camino perfecto».
– Validación externa: Querer agradar a los demás puede empujarte a cumplir estándares irreales.
Un estudio publicado en Journal of Personality and Social Psychology reveló que el perfeccionismo ha aumentado en las últimas décadas, especialmente debido a la influencia de las redes sociales, que proyectan ideales inalcanzables de éxito y felicidad.
Cómo superar el perfeccionismo y encontrar equilibrio
Si el perfeccionismo te está robando la tranquilidad, aquí tienes algunas estrategias prácticas para afrontarlo:
1. Acepta la imperfección
¿Sabías que incluso grandes genios como Steve Jobs cometieron errores? La clave es aprender de ellos. La perfección no es real, pero el progreso sí lo es.
2. Redefine tus meta
Cambia el enfoque de «hacerlo perfecto» a «hacerlo lo mejor posible». Esto te libera del peso de cumplir con expectativas irreales.
3. Cultiva la flexibilidad
Aprender a adaptarte a los imprevistos es un superpoder. La vida no se trata de controlarlo todo, sino de desarrollar recursos internos para responder a los desafíos.
4. Practica el autocuidado
Dedica tiempo a actividades que te relajen y te hagan feliz. Un paseo al aire libre o una sesión de meditación puede ayudarte a recargar energías.
5. Busca apoyo
Hablar con un amigo, un terapeuta o un grupo de apoyo puede ayudarte a identificar patrones perfeccionistas y a gestionarlos de manera saludable.
El alto costo del perfeccionismo
¿Hasta dónde estás dispuesto a pagar el precio de intentar ser perfecto? Quizás sea momento de soltar las riendas y confiar en que la excelencia está en hacer las paces con lo imperfecto.
Todo lo que no se transforma perece y el perfeccionismo no permite transformación te esclaviza a hacer las osas de una misma manera.
¿Sigues pensando que ser perfeccionista es lo mejor? El perfeccionismo puede parecer un aliado, pero a menudo es un autoengaño. Como decía Carl Jung: «Lo que niegas te somete; lo que aceptas te transforma«.
Tal como dice el proverbio chino : “en la rigidez está la muerte y en la flexibilidad la vida”
¿Te identificas con esta situación? ¿Sientes que lo has intentado todo y no puedes? Cuéntame tu experiencia, ¡estoy aquí para ayudarte!
Soy Carmen Sancho, Psicóloga en Barcelona, en Castelldefels. Escríbeme por Instagram @carmensanchopsicologa o visita mi página web carmensancho.es
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