Cuando nos encontramos metidos en un embrollo y no sabemos cómo resolverlo, solemos preguntarnos cómo podremos “salir del atolladero”.
Esta palabra la define el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) como “estorbo u obstáculo”, y en el Diccionario de Sinónimos encontramos además los siguientes equivalentes: escollo, enredo, lío, dilema, contrariedad, inconveniente y obstáculo. Y además: aprieto, trance, problema, peligro, brete, compromiso, embrollo, duda, atasco, engorro, atranco, laberinto, tropiezo y conflicto.
También el DRAE incluye la acepción de atolladero como “lugar donde se producen atascos”, que entronca con su acepción original de atascadero, “lodazal o sitio donde se atascaban los carruajes, las caballerías o las personas”.
Y es que la voz atolladero procede de tollo, “lodazal, hoyo o charco formado por el agua de lluvia”, que recogía la Academia ya en 1925. En suma, estar en el atolladero es estar metido en el barro hasta las orejas.
Con información de Muy Interesante
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