En la mitología griega hay una enorme cantidad de seres impresionantes y bestias increíbles, pero pocas son tan exóticas y temidas como la Quimera. Híbrido entre león, cabra y reptil, que además tenía la habilidad de arrojar fuego por el hocico.
Forma híbrida de la Quimera
El origen preciso de la Quimera es desconocido, son pocos los detalles que se conocen sobre la bestia más allá de lo mortal que puede llegar a ser. El animal es producto de la relación entre el titán Tifón y la ninfa Equidna, un ser femenino, pero con cuerpo de serpiente.
Son tres los animales que conforman a la Quimera, y todos de naturaleza salvaje y peligrosa. Posee cabezas de león, macho cabrío y un reptil, a veces asociado a una serpiente y en otras ocasiones a un dragón. Tiene un cuerpo de cabra y garras de león, mientras que en la cola se encuentra la testa reptiliana. Cuenta con alas de dragón que le permiten volar, además de que su lado reptil también le da la habilidad de escupir fuego por el hocico.
Debido a su naturaleza de tres animales distintos, la bestia tiene la capacidad de adaptarse a casi cualquier hábitat. Caza con las cabezas de dragón y león, mientras que en las épocas de escasez, se alimenta de las hierbas por medio de su cabeza de cabra.
Su desenvolvimiento con el entorno también se ve afectado por la parte dominante de los tres animales. Si el león o la cabra predominan, le gusta estar en manada, pero por su lado de dragón/serpiente, disfruta la soledad.
Batalla contra Belerofonte
La zona en donde habitaba la bestia se encontraba en el suroeste asiático, en las áreas que hoy corresponden a Turquía y sus alrededores. Amisodares, rey de Caria, la crió y le dio refugio en Patara.
Con el paso del tiempo, la naturaleza salvaje y violenta de la bestia se mostró. Mataba por placer y disfrutaba robar tesoros por el mero hecho de poseerlos. Para alimentarse, aterrorizaba la ciudad de Licia, asesinando a sus habitantes y devorando a sus rebaños.
El rey Yóbates, harto de la situación, ordena al héroe Belerofonte que acabe con la bestia. El semidiós, hijo de Poseidón, contaba con la ayuda de Pegaso, el caballo alado de Zeus.
Teniendo en cuenta el peligro que representa la Quimera y el hecho de su casi invencibilidad, Belerofonte aprovecha el poder de vuelo de Pegaso para cansar a la bestia. Luego de arrojarle una lluvia de flechas, el héroe le incrusta una lanza con punta de plomo; cuando el metal entró en calor con el fuego, se derritió y esparció por los órganos del animal, matándolo de esa manera.
Con información de Mitos y Leyendas / Seres Mitológicos / Mitología / Foto: Shutterstock
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