El término latino sordĭdus derivó, en nuestra lengua, en el adjetivo sórdido. El concepto suele emplearse para nombrar a algo truculento, impúdico u obsceno. Por ejemplo: “Los investigadores tuvieron que hacer frente a un panorama sórdido”, “El gobernador montó una estructura sórdida para concretar negociados”, “Un sórdido caso de violencia familiar conmueve a la sociedad”.
Otro significado de sórdido se asocia a aquello que está sucio o manchado. Por eso, en un sentido simbólico, lo sórdido es algo escabroso, macabro o que está alejado de la pureza moral: “Crecí en una zona sórdida de la ciudad, con drogadictos durmiendo en la calle y delincuentes esperando a la vuelta de cada esquina”, “No podemos dejar que este barrio se convierta en un lugar sórdido en el que nuestros hijos no puedan salir a jugar”, “La sala de estar se convirtió en el sórdido escenario de la masacre”.
Un espacio o un entorno sórdido, en definitiva, presenta características que no resultan agradables o placenteras. Lo sórdido siempre implica algún tipo de incomodidad, problema o defecto. Si alguien habla de una “competencia sórdida”, no se estará refiriendo a una competencia saludable o sana, por citar un caso.
La especie Pionus sordidus, por otra parte, se conoce a nivel coloquial como loro sórdido. Esta ave vive en regiones selváticas de América Latina, encontrándose en ciertas zonas de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.
Dentro del ámbito de la medicina, por último, el calificativo de sórdido se aplica sobre las úlceras que supuran ciertas clases de sustancias.
Con información de: definicion.de
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