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El Cajero Automático está de cumpleaños

El Cajero Automático está de cumpleaños

Más de cuatro décadas después del primer cajero automático se calcula que en el mundo hay más de 1.6 millones de estos útiles aparatos. Acceder nuestro dinero las 24 horas del día y desde cualquier parte del mundo es una conveniencia muy común en la actualidad que disfrutamos gracias a los cajeros automáticos.

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Hace 44 años, sin embargo, esa posibilidad no existía en el mundo financiero y sólo estaba presente en la mente de un -entonces joven- inventor británico, John Sheperd-Barron, quien inventó el primer cajero automático durante la primavera de 1965, y que luego sería inaugurado –el primero de ellos en Londres el 27 de junio de 1967-. Este es considerado, hoy en día, como el precursor de los cajeros actuales. Pero la historia del cajero automático es un poco más antigua, a continuación te presentamos un recorrido cronológico a través de la historia de tan importante invento moderno.
• En 1939, Luther George Simjian patentó un prototipo, mucho más sencillo. Hijo de padres armenios, nació en Turquía y desde niño se interesó por descubrir cómo funcionaban las cosas. Después de la I Guerra Mundial fue separado de su familia; a los 15 años llegó a los Estados Unidos, donde fue acogido por unos parientes.
• Empezó a trabajar como fotógrafo y deseaba ser médico, pero cambió de opinión cuando la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale le ofreció un trabajo en su laboratorio fotográfico, del cual fue nombrado director a los 23 años.
• Pronto desarrolló métodos para proyectar imágenes del microscopio, hacer fotografías bajo el agua y tomar rayos X coloreados. Su primer gran invento comercial fue una cámara para autorretratos, que permitía al sujeto verse en un espejo antes de tomar la foto.
• En 1939, se le ocurrió crear una máquina que, colocada en un agujero de la pared de un banco, permitiera a los clientes realizar transacciones financieras. La idea fue recibida con escepticismo.
• Tras registrar 20 patentes relacionadas con su invención, convenció a lo que hoy es Citicorp para instalar una y probarla. Después de seis meses, había muy poca demanda para la nueva máquina.
• Al parecer, las escasas personas interesadas en utilizarla eran prostitutas y apostadores que no deseaban tratar cara a cara con los cajeros humanos en las ventanillas del banco, que decidió descontinuar su uso.
• Simjian siguió trabajando y durante la II Guerra Mundial diseñó un simulador de vuelo que fue de gran utilidad para entrenar a los pilotos aliados. También inventó un velocímetro para aviones, un medidor automático para el franqueo postal y el teleprompter, que usan los conductores de televisión para leer.
• Sin embargo, el cajero automático de Luther George Simjian estaba muy adelantado para su tiempo y nunca tuvo éxito.
• Décadas después, en la primavera de 1965, el británico John Sheperd-Barron inventó el primer cajero automático, considerado el precursor de los cajeros actuales.
Su Inventor: John Shepherd-Barron

• El hombre que inventó el cajero presidía la primera compañía de vehículos blindados en Europa, Security Express, fundada por la empresa británica De la Rue, pionera en imprimir timbres postales en el mundo, como los famosos “penny blacks” y los triangulares de Cabo de Buena Esperanza.

• También dirigía Instrumentos De La Rue, una compañía con 11 empleados y dos productos: una máquina para contar billetes en los bancos y otra que contaba hojas para imprimir billetes.
• Todo comenzó de manera casual. Él y su esposa Caroline vivían en el campo, pero su banco estaba en Londres, por lo que él debía cambiar sus cheques en la sucursal local. Los sábados sacaba dinero para el fin de semana; la oficina abría de 9:30 a 12:30. Un día, John llegó a las 12:31 y ya no pudo cambiar su cheque.
• Esa noche, mientras estaba en la tina del baño, pensó que debía haber alguna manera de tener acceso a su dinero a cualquier hora. Luego recordó las máquinas que vendían chocolates: se insertaba una moneda de un penique en una ranura, se jalaba una palanca y se abría un cajón en el que aparecía una barra de chocolate.
• Imaginó una máquina similar, que en vez de chocolates tuviera dinero. Los fajos de billetes aparecerían en el cajón una vez que la máquina leyera un cheque.
• En ese entonces no existían las tarjetas bancarias de plástico y usar cheques era algo lógico porque podían incluir elementos de seguridad, así como un método para identificar automáticamente al usuario.
• Cada cliente tendría que memorizar su propio número de identificación. A Sheperd-Barron se le ocurrió la idea cuando se dio cuenta de que podía recordar los seis dígitos de su registro militar.
• A la mañana siguiente decidió probar la idea con su esposa Caroline. En la mesa de la cocina, ella le dijo que sólo podía recordar cuatro dígitos y así nació el Número de Identificación Personal o NIP de 4 dígitos, que se convirtió en un estándar mundial.
• John Sheperd-Barron sabía acerca de la impresión de cheques, otro de los negocios de la empresa para la que trabajaba, De La Rue. Tenía experiencia usando ingredientes de seguridad, como el Carbono 14, un material levemente radiactivo.
• El lunes en la mañana fue a trabajar a Londres y reunió a su pequeño equipo de Instrumentos De La Rue. Planteó el problema de entregar dinero durante las 24 horas a través de la pared del banco, exponiendo sus ideas iniciales para resolverlo.
• Dos días después, el equipo ya tenía algunas soluciones prácticas, aunque de forma muy esquemática. El proyecto parecía posible, siempre y cuando pudieran controlar la lectura de los códigos e ingredientes de seguridad.
• El viernes Sheperd-Barron acudió a una comida de negocios de Security Express, su otro trabajo. Se reunió con la gente de Barclays, entonces el cuarto banco más grande del mundo, al que le transportaban su dinero para cerca de 2,000 sucursales.
• Al segundo martini le pidió a su invitado, Harold Darvill, que le diera 90 segundos para explicarle su nueva idea. A los 85 segundos, el Director Ejecutivo de Barclays se mostró convencido; le dijo que si podía hacerla, compraba la máquina.
• Al lunes siguiente, el Banco Barclays firmó un contrato con John Sheperd-Barron para desarrollar un prototipo del cajero automático, instalar las primeras seis máquinas y posteriormente surtir cinco pedidos de 50 cajeros automáticos cada uno.
• Por increíble que parezca, la idea que surgió un sábado en la noche en la tina se había convertido en una realidad nueve días después, tras ese primer contrato con uno de los bancos más importantes del mundo.
• El inventor reunió a su equipo, contrató más gente y se puso a trabajar en el prototipo de su cajero automático, que estuvo listo dos años después.
• El primer cajero automático del mundo, inventado por John Sheperd-Barron de la firma británica De La Rue, fue instalado en una sucursal del Banco Barclays en la calle Enfield, al Norte de Londres, e inaugurado el 27 de junio de 1967.
• El inventor recuerda que tuvo que ayudar al Presidente del banco a introducir su NIP de cuatro dígitos. Obviamente, nunca había apretado un botón para nada en su vida; era otra época, por cierto no muy lejana. Finalmente, todo salió bien y la inauguración fue un éxito.
• El primer cliente en retirar dinero del nuevo cajero automático fue el actor Reg Verney de la comedia de televisión británica “On The Buses”. La noticia apareció en los periódicos, la radio y la televisión de todo el Reino Unido.
• Sheperd-Barron usó cheques impregnados con Carbono 14. La máquina detectaba la radioactividad y la cotejaba con un Número de Identificación Personal o NIP.
• El inventor asegura que a nadie le preocupaba que la radioactividad afectara la salud. La sustancia era perfectamente segura a menos que se tragara en grandes cantidades; más tarde calculó que uno tendría que comerse 136,000 cheques para sentir algún efecto.
• En cada operación podía retirarse un límite de 10 libras esterlinas, cerca de 225 pesos mexicanos al tipo de cambio actual. En ese tiempo era más que suficiente para divertirse durante todo un fin de semana.
• No todo salió bien al principio. Las primeras máquinas fueron destruidas por vándalos, y la que había en la ciudad suiza de Zurich comenzó a funcionar mal, misteriosamente.
• Más tarde se descubrió que los alambres de dos líneas de tranvía que pasaban cerca echaban chispas que interferían con el mecanismo del cajero.
• La inauguración del primer cajero automático en el Banco Ginza de Japón atrajo a una multitud de 10,000 personas. Un espectacular anuncio de neón de 15 pisos de altura decía: “Obtenga su efectivo aquí” y el público japonés pensó que iban a regalar dinero a los primeros en llegar.
• En febrero de 1969, John Sheperd-Barron fue el primer extranjero invitado para hablar ante la Asociación Americana de Banqueros durante una conferencia en Miami, Florida.
• El inventor hizo una presentación de 15 minutos sobre el sistema de efectivo Barclays y De La Rue. Recibió un aplauso cortés, no hubo preguntas y solamente fueron recogidos 12 folletos de los 2,000 que había llevado, uno para cada uno de los asistentes.
• La opinión generalizada en ese importante foro estadounidense era: ¿Quién necesita dinero a deshoras?
• Seis semanas después, Sheperd-Barron recibió una llamada urgente del Jefe de Operaciones del Primer Banco de Pennsylvania en Filadelfia. Su nuevo Presidente, John Bunting, con gran experiencia en mercadotecnia, le había ordenado comprar seis “de esas cosas de las que habló el hombre inglés en Miami”.
• Los cajeros automáticos fueron todo un éxito para el banco y atrajeron a más clientes en Estados Unidos. Otros bancos y sus proveedores, como NCR, IBM, Burroughs, Docutel y Fujitsu, se peleaban por ellos.
• La empresa De La Rue llegó a un acuerdo con Citibank para diseñar un cajero automático de acuerdo a sus especificaciones. Sheperd-Barron trabajó con los ingenieros de la firma Diebold hasta lograr un modelo más versátil y sumamente popular.
• John y Caroline vivieron en Manhattan durante ocho años, mientras él representaba a De La Rue en los Estados Unidos. Su esposa se graduó en la Universidad de Nueva York y trabajó como voluntaria en el Hospital de Cáncer Sloan Kettering.
• Él intercambió sus experiencias con los cajeros por ideas sobre camiones blindados y servicios de mensajería para Europa, con lo que tuvo oportunidad de hacer muchos negocios para su empresa.
• Don Wetzel, Tom Barnes y George Chastain inventaron un cajero automático hecho en Estados Unidos, patentado en 1973 por la empresa para la que trabajaban, Docutel. Sin embargo, pasaron muchos años para que su modelo se difundiera.
• En 1982, más del 70% de los cajeros automáticos estadounidenses eran fabricados por De La Rue en Portsmouth, Inglaterra. Lo mismo sucedía en muchos otros países del mundo.
• John Sheperd-Barron se dio cuenta cabal de la importancia de su invento cuando él y su esposa viajaron a Tailandia. En Chiang Mai, una ciudad al Norte de ese país, vieron a un agricultor que llegó en una carreta tirada por un buey y se quitó su ancho sombrero de paja para usar el cajero automático. Fue la primera señal de que su invento había cambiado al mundo.
• Los primeros cajeros automáticos sólo permitían sacar dinero de una cuenta bancaria y no estaban conectados a los bancos, por lo que éstos permitían usarlos exclusivamente a clientes con un buen historial crediticio.
• Los actuales están conectados en línea a la banca a través de una red global y permiten sacar dinero de una cuenta de cheques o tarjeta de crédito, hacer depósitos y transferencias entre distintas cuentas, pagar servicios, hacer donativos o comprar desde seguros hasta boletos de sorteos.
• Wetzel, Barnes y Chastain desarrollaron las tarjetas para cajeros automáticos, con una cinta magnética que incluía información de la cuenta del usuario, las cuales funcionaban en combinación con el antiguo Número de Identificación Personal o NIP.
• John Sheperd-Barron se retiró después de 35 años de servicio en De La Rue. En 1992, con motivo de los 25 años del primer cajero automático instalado en el Banco Barclays, develó una placa conmemorativa en la sucursal de la calle Enfield. La mayoría de quienes lo utilizan desconoce su historia y pocos notan la placa.
• El inventor cree que su máquina se usará de otra forma en el futuro. Transportar dinero cuesta dinero y predice que el efectivo va a desaparecer dentro de algunos años.
• Está convencido de que pronto se usarán los teléfonos celulares en tiendas y comercios, aún para pagos pequeños, lo cual empieza a convertirse en realidad en muchos países, incluyendo México.
• En 2005 recibió la Orden del Imperio Británico de la Reina Isabel II, por sus servicios a la banca como inventor del cajero automático. A sus 82 años, John Sheperd-Barron sigue buscando ideas innovadoras para crear nuevas máquinas.
• John Shepherd-Barron murió a los 84 años el pasado mes de mayo tras una breve enfermedad.
• Actualmente existen más de un millón y medio de cajeros automáticos en el mundo. Como sucede con cualquier avance tecnológico, han sido objetivos de la delincuencia.

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