Allen Ginsberg nació el mes de junio de 1926 en Newark, New Jersey; su padre fue un poeta y profesor; su madre, Naomi Ginsberg, era una emigrante rusa que perdió el juicio cuando alcanzó la madurez. Ginsberg era reservado, además, descubrió de su homosexualidad a muy temprana edad, lo que en la época era imperdonable.
Tuvo su primer encuentro con la poesía en el instituto, pero decidió estudiar una carrera más rentable: Derecho Laboral en la Universidad de Columbia, dónde conoció a sus compañeros de ideas Jack Kerouac, William Burroughs y Neal Cassady, también intrigados con la poética de lo terrible: el crimen, las drogas y el sexo.
Para evitar una condena, luego de ser arrestado a bordo de un coche robado, se declaró mentalmente incapaz y lo condenaron a permanecer ocho meses en un instituto psiquiátrico. Al salir, reinicia su vida, se declara heterosexual y comienza a trabajar, pero con la presión de la rutina hace pública su homosexualidad.
En 1954, en San Francisco, conoció a Peter Orlovsky e inició con él una relación amorosa que duraría toda una vida. Un año después, decidió presentar su obra Howl en el “Renacimiento Poético”, San Francisco; ganó fama instantánea, por la calidad del texto y la denuncia por depravación sexual que le pusieron. Con Aullido no sólo comienza un momento en la literatura norteamericana, sino que también se inicia un nuevo estilo de composición: la «escritura de la mente».
En la década de los 60 su interés por la música popular lo llevó a conocer a los Beatles y desarrollar una amistad con ellos, particularmente con John Lennon y Bob Dylan. En sus últimos días de vida, su generosidad no conoció límites, mientras agonizaba, dedicó muchas horas de su escaso tiempo para hablar con sus amigos por teléfono, y la conversación incluyó siempre una pregunta directa: «¿Necesitas dinero?»
Además de ser reconocido como una personalidad del siglo XX, Allen Ginsberg, es uno de los padres espirituales del «Flower Power» y del hipismo. Además, participó activamente en los grupos que se opusieron a la guerra en Vietnam, se asoció al Movimiento por los Derechos Civiles y dio su apoyo a todas las organizaciones defensoras de la libertad de expresión.
«He visto las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, histéricos famélicos muertos de hambre arrastrándose por las calles, negros al amanecer buscando una dosis furiosa, cabezas de ángel abrasadas por la antigua conexión celestial al dínamo estrellado de la maquinaria de la noche, quienes pobres y andrajosos y con ojos cavernosos y altos se levantaron fumando en la oscuridad sobrenatural de los departamentos con agua fría flotando a través de las alturas de las ciudades contemplando el jazz”.
Extracto de Aullido
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